Los productores están logrando superar las grandes pérdidas que sufrieron entre el 2019 y 2020, a consecuencia de los incendios forestales que azotaron a la zona. De esta forma se logra posicionar la excelencia en lo que a calidad se refiere, en relación a la miel que se produce en esta parte del país.
El sello de identidad agroecológica (SIA) es una marca de garantía de cumplimiento de las actividades agroecológicas dentro de la plataforma de convivencia con la naturaleza, lo que significa, utilización de insumos biológicos, semillas no transgénicas y producción con materias primas de origen agroecológico y orgánico.
El sello del SIA asegura un estricto control de cumplimiento de las pautas, a fin de asegurar la calidad del producto para las personas que lo consumen.
“En el mes de enero vamos a recibir la visita de representantes de una ONG desde Bolivia, que vienen para copiar el modelo de la Asociación de Apicultores de Eirete Pantanal, que es todo un ejemplo a nivel internacional y toda la cuenca del plata con respecto a la producción apícola, con este sistema que valora mucho el trabajo de los pequeños productores y sobre todo por el trabajo en armonía con la naturaleza”, refiere Hugo Olmedo.
“Se destaca la calidad de la miel y también una forma de defensa de los humedales, considerados como caminos de las abejas y una fuente segura de alimento para estos animales, lo que asegura la producción”, dijo finalmente Olmedo.
Incendios forestales
Denis Bazán es un joven apicultor que se destaca por su permanente trabajo en esta tarea y sostiene que luego de los grandes incendios forestales del 2019 y 2020, que afectaron a todo el Alto Paraguay, numerosos productores prácticamente abandonaron el trabajo, desalentados por las pérdidas económicas que sufrieron.
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“Ahora se puede notar un nuevo repunte en la producción, ya que varios apicultores están volviendo de nuevo a la actividad y ya logramos obtener este sello internacional, lo que posiciona en un lugar privilegiado para obtener buenos precios a la miel que producimos en el pantanal”, sostiene Bazán.
Los apicultores piden mayor conciencia a las personas, en especial a los pequeños ganaderos, que abandonen la vieja práctica de quemar sus campos, con el pretexto de realizar limpiezas, ya que el daño ecológico y económico que producen es grandioso.