Tras los últimos accidentes automovilísticos que se registraron y tuvieron al exceso de alcohol como principal responsable, la doctora Nilda Villalba, del Centro Nacional de Toxicología, explicó todo lo que genera el consumo excesivo en el organismo.
“Vivimos a diario la exposición aguda al alcohol. La intoxicación aguda por etanol, específicamente es el alcohol etílico, el que se consume de una forma autorizada, legalizada. Es una de las drogas legales, así como es el tabaco”, indicó Nilda Villalba.
Seguido explicó: “El que causa estragos hoy en día es el alcohol etílico o etanol. Se considera como la causa más frecuenta de la intoxicación aguda en la práctica médica y está relacionado con el consumo excesivo. El exceso de alcohol es la que termina causando esa intoxicación aguda”.
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El etanol es una sustancia exclusivamente depresora del sistema nervioso central. “A bajas dosis afecta a ciertos órganos y posteriormente, en grandes dosis, se convierte en un depresor generalizado”, comentó.
Ante la consulta de que produce la ingesta en grandes dosis, manifiesto: “Alteraciones en la capacidad cognitiva, afectando, la concentración, la memoria, nuestro juicio, la capacidad de razonar y de comprender lo que está sucediendo a nuestro alrededor, y la coordinación. Nos volvemos más lentos, más torpes y vemos doble, hasta triple, lo que afecta terriblemente al momento de conducir un automóvil”.
Niveles de alcohol en la sangre
“Dos latas de cerveza de 350 ml, eso equivaldría a una concentración en sangre de alcoholemia de 0,5 gramos por litro. A partir de ahí ya se observan alteraciones en la coordinación motora, aumento en el tiempo de respuesta a los estímulos externos que recibimos y que nuestro sistema nervioso debe procesarlos”, expresó la funcionaria del Centro de Toxicología.
A partir de este momento ya se observa un retraso en la respuesta a los estímulos. “Ahí todavía no hay un trastorno psíquico, eso va en la primera etapa de la intoxicación aguda, donde los niveles de alcoholemia van entre 0,250 a 0,500 gramos por decilitro”, señaló.
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Yendo a un caso mucho más extremo, en el que una persona consuma un pack de cervezas, Nilda Villalba dejó en claro. “Eso ya correspondería a una segunda etapa de 0,500 a 1 gramo por decilitro. Ahí ya la incoordinación motora es marcada, disminuyen notoriamente los reflejos y la conducta está completamente desinhibida”.
En este momento, todos los reflejos de quien va a manejar están disminuidos. “La prevención es designar a otra persona si estamos en esa etapa”, finalizó.