Una niña de 13 años fue auxiliada la tarde de ayer en el Hospital Distrital de María Auxiliadora (HDMA), en el distrito de Tomás Romero Pereira de Itapúa, luego de que se detectara que era víctima de abuso sexual y que tenía un embarazo de más de tres meses. Según el agente fiscal de la zona, Walter Castro, es el tercer caso que investigan en un mes, que fue detectado en el sistema de salud, debido a que llegan las niñas en estado de gravidez.
Posteriormente, agentes de la Comisaría 16ª jurisdiccional procedieron a la aprehensión de un hombre de 44 años, que decía ser el concubino de la pequeña.
El fiscal Castro explicó que el presunto agresor se enfrenta a una pena elevada, dado que el embarazo constituye una prueba del acceso carnal en el abuso sexual, que podría demostrarse que ocurrió desde que la niña tenía 12 años.
La Consejería Municipal por los Derechos del Niño, la Niña y el Adolescente (Codeni) entregó la menor a su madre, mientras el fiscal evalúa una posible imputación contra la madre por incumplimiento del deber de cuidado. La madre habría confesado haber entregado a su hija, alegando motivos económicos y afirmando que el hombre “la trataba bien”.
Tercer caso en un mes
El fiscal Castro lamentó que este sea el tercer caso en un mes de niñas embarazadas, con edades entre 12 y 14 años en el que intervienen, correspondiente al área atendida por la sede del Ministerio Público en María Auxiliadora.
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Todos los casos han sido detectados a través del sistema de salud tras la confirmación del estado de gestación. En cada uno, los agresores han sido hombres mayores de 30 años. En el caso más reciente, la situación de convivencia agrava el caso. Este tipo de relaciones con menores de edad todavía se normaliza en algunas áreas, indicó el fiscal.
Expresó además que, en muchos casos, las familias mismas solicitan la liberación de los procesados, argumentando que los hombres proveen el sustento económico para las niñas y sus familias.
Preocupación por el noreste de Itapúa
El director regional del Ministerio de la Niñez en Itapúa, Cristian Wlosek, indicó que su institución está acompañando el caso desde ayer. Señaló que estos casos demandan un monitoreo constante para garantizar el cumplimiento de los protocolos de protección y el interés superior de niñas, niños y adolescentes.
Wlosek expresó su preocupación por el noreste y otras áreas rurales del departamento, donde se sigue normalizando la convivencia de adultos con menores. Enfatizó en la necesidad de fortalecer las iniciativas de prevención en estas zonas, especialmente donde el acceso a la educación es limitado.