Salud pública precaria en San Pedro, mientras parlamentarios suman privilegios

SAN PEDRO. En la comunidad rural de Naranjaty, distrito de San Pedro de Ycuamandyyú, el estado del sistema de salud refleja el abandono y las carencias que enfrentan sus habitantes. En una pequeña y deteriorada sala funciona el puesto de salud que brinda atención a los pobladores, no solo de Naranjaty, sino también de Hugua Guasú, Mbokajaty, y Mesquita Cue. Una sola enfermera, hace 18 años, trabaja en la Unidad de Salud.

En estas condiciones la población rural de San Pedro accede a la salud pública, mientras las autoridades políticas analizan seguros vip.Omar Acosta, Abc Color
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Un cartel señala que la construcción de la Sala de Odontología fue construida con el apoyo de la Municipalidad y la Gobernación, junto con el equipamiento proporcionado por la Asociación de Damas Ganaderas de San Pedro, evidencia esfuerzos pasados por mejorar los servicios. Sin embargo, la falta de recursos humanos ha dejado sin uso el equipo odontológico, privando a la comunidad de esta atención básica.

A un costado, las instalaciones del puesto de salud y los sanitarios en estado de deterioro presentan un grave riesgo de derrumbe, un triste reflejo de las condiciones de la salud pública en la zona. Mientras tanto, los parlamentarios evalúan medidas para que la ciudadanía financie sus seguros privados y el combustible, los cuales generan indignación en una comunidad que sigue esperando respuestas y apoyo efectivo en materia de salud pública.

En medio de las precarias condiciones del puesto en Naranjaty, la enfermera Cecilia Aguilera se ha convertido en un pilar fundamental para la comunidad. Desde hace 18 años, Aguilera trabaja en soledad, brindando atención básica sin contar siquiera con un sanitario.

Una solitaria enfermera, hace 18 años, trabaja en el puesto de salud. En la foto se observa el equipo de odontología donado y abandonado por falta de recursos humanos.

A pesar de las limitaciones, la enfermera atiende a un promedio de 80 pacientes al mes, que acuden para control de presión, aplicación de inyectables y para retirar los pocos medicamentos que están disponibles. La realidad es que el puesto de salud funciona más como un botiquín de primeros auxilios que como un puesto de atención médica, reflejando las profundas carencias que enfrenta el sistema de salud en zonas rurales como esta.

La dedicación de Aguilera resalta la falta de apoyo y recursos, mientras la comunidad sigue esperando mejoras en infraestructura y personal que permitan un acceso digno y adecuado a los servicios de salud

El puesto de salud de Naranjaty, que depende de la Dirección de la Segunda Región Sanitaria, refleja no solo el abandono en términos de infraestructura y personal, sino también la influencia de la política en la administración de la salud pública en la región. La dirección sanitaria ha sido objeto de críticas al ser considerada un espacio de mitin y cupo político por parte de los oficialistas colorados, lo que dificulta la implementación de mejoras efectivas.

Recientemente, el cuestionado Dr. Edison Florentín, presidente de la seccional de General Resquín, dejó el cargo, y en su lugar asumió el Dr. Darío Soria, quien cuenta con el respaldo del Ministro de Agricultura, Carlos Giménez, así como de diputados y concejales de su equipo político. La comunidad esperaba una oportunidad para conocer las propuestas y proyectos de mejora de Soria, sin embargo, no se logró contacto con el nuevo director de la región sanitaria para discutir estos temas.

La situación exige una atención urgente de las autoridades para mejorar las condiciones de salud en esta y otras comunidades rurales. La falta de recursos, el estado precario de las instalaciones y la influencia de la política en los nombramientos dificultan que se atiendan las verdaderas necesidades de los pobladores, quienes dependen de un sistema de salud que, hasta ahora, los ha dejado de lado.

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