Estos cortes, que son cada vez más frecuentes y prolongados, culminaron en una interrupción de cuatro días hace dos semanas, dejando a las 103 familias del territorio sin acceso al servicio básico.
A pesar de numerosos reclamos ante el Ente Regulador de Servicios Sanitarios (ERSSAN), que ya fue a constatar la deficiencia en la calidad del agua, los problemas persisten. El proveedor, una aguatería privada, alega fallas técnicas recurrentes, como la quema de motores.
Los vecinos manifiestan que en ocasiones encuentran el agua con suciedad y hasta gusanos, que obligan a las familias a recurrir al agua embotellada, a un costo elevado que muchos no pueden pagar cada vez que necesitan beber el liquido vital.
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Los vecinos organizados, junto a la Comisión del Territorio, evalúan gestionar su propio sistema de abastecimiento de agua para garantizar un servicio continuo y de calidad. Sin embargo, la ERSSAN comunicó que existen leyes que “amparan” al proveedor actual, limitando las acciones de los usuarios para buscar alternativas.
En respuesta, la ERSSAN declaró haber intimado al proveedor, cuyos descargos están bajo revisión de sus asesores jurídico, y declararon que actualmente las personas que viven en el territorio social cuentan con el servicio de agua.