A 26 años del horrendo crimen de la estudiante Mercedes Raquel Cibils, de 18 años, el gestor judicial Enrique Manuel Cuandú fue condenado hoy a 25 años de cárcel como autor material del bárbaro asesinato. La pena establecida por la jueza penal Lourdes Peña es la máxima prevista para el delito de homicidio doloso, de acuerdo con el código penal vigente en la época. La magistrada precisó que por las características del caso, en la actualidad sería calificado de feminicidio.
La condena fue recibida con alivio por Fátima Cibils, hermana de la víctima, quien estuvo en tribunales acompañada de sus abogados para interiorizarse de la sentencia en representación de su familia. Fátima explicó que su padre falleció años después del crimen y si bien su madre está viva, no está 100% lúcida como para informarle que por fin se hizo justicia por el crimen de su hermana.
“Me queda a mí venir en representación de mis padres y de toda mi familia porque fue un dolor muy duro, ella padeció 21 días por las quemaduras, fue inducida para no sentir tanto dolor, se le aplicaba morfina esos 21 días. Lastimosamente, ella no pudo, por el dolor y la gravedad del caso y falleció”, explicó.
Víctima sufrió quemaduras en un 40% del cuerpo
A su vez, el abogado querellante Álvaro Cáceres afirmó que están sumamente satisfechos con la sentencia y destacó la valentía de la magistrada de imponer la máxima pena prevista. Asimismo, el letrado -que representa la querella conjuntamente con su colega Gregorio Colmán- destacó que la condena al autor del atroz crimen dará paz y tranquilidad a la familia.
“Era mi única hermana, luego me quedé huérfana de padre pocos años después y como siempre se dice, cuando uno pierde a su hermano no tiene nombre, si yo pierdo a mi papá y a mi mamá soy huérfana, pero el dolor que yo veo reflejado en el rostro de mi madre hoy, aunque ella prácticamente no tenga el 100% del recuerdo de lo que pasó con hija, no se va a borrar nunca. Fue mi única hermana, fue mi compañera, fue la persona con la que yo aprendí a vivir y este dolor me está acompañando 26 años y hoy por fin puedo decir cerramos este capítulo”, agregó Fátima Cibils.
Lea más: Policía cuenta cómo halló al supuesto autor de un "feminicidio" ocurrido hace 23 años, en Sajonia
Los antecedentes del caso se remontan hasta el 16 de mayo de 1998, cuando la adolescente se encontraba en el copetín de sus padres, ubicado en Dr. Paiva casi Guillermo Arias del barrio Sajonia, cuando irrumpió en el lugar una persona que le derramó alcohol y le prendió fuego, para luego darse a la fuga.
El abogado Colmán explicó que el ataque ocurrió en horas de la tarde, y Mercedes fue asistida por vecinos que la vieron salir a calle cubierta en llamas y acudieron en su auxilio. La joven, quien sufrió quemaduras de tercer grado en un 40% del cuerpo, fue primeramente internada en el Sanatorio Español y de ahí, derivada al Promed.
Las sospechas no tardaron en recaer sobre Cuandú, quien llevaba dos años de noviazgo con la joven víctima. El sospechoso, quien tenía 34 años de edad en la época, desapareció y pese a que tenía orden de captura, nada se supo de él durante 23 años.
Prófugo vivía en Sajonia y trabajaba como gestor
Cuandú fue detenido en el año 2021 gracias a una investigación realizada por el suboficial Pedro Rodríguez, del departamento contra el Crimen Organizado, quien descubrió que el prófugo -quien vivía y trabajaba en Sajonia-realizaba trabajos de gestorías en la plaza frente al Palacio de Justicia. El hombre se hacía llamar “doctor Carlos” para no levantar sospechas y no contaba con documentación actualizada, pues la última vez que renovó su cédula fue en el año 1996.
Durante el periodo en que estuvo internada, Mercedes solicitó a su prima la concurrencia de un sacerdote para poder confesarse, oportunidad en que relató lo ocurrido en día del ataque, oportunidad en que responsabilizó a Cuandú de la brutal agresión. El religioso recomendó a la familia llamar a una escribana y documentar el testimonio, lo cual se hizo ante policías y otros testigos y fue una de las principales pruebas presentadas contra el acusado.
En juicio, el acusado se presentó como víctima y dijo que Mercedes tenía tenencias suicidas y que ese día ella se bañó en alcohol y al fumar, se prendió fuego. Afirmó que él intentó auxiliarla, pero no lo logró y avisó a la familia. La magistrada, que advirtió varias contradicciones en su relato, lo condenó por una conducta agravada, por considerar que actuó con alevosía.