Uno de los enormes dramas sociales que no han tenido solución a lo largo de todos los gobiernos que pasaron es el de la explotación sexual infantil.
Además de ser un drama social, este es un hecho punible que debería ser condenado, teniendo en cuenta que tiene como víctimas a los integrantes más indefensos de la sociedad: los niños y adolescentes.
Además de la injusticia, lo que más alarma es que los daños que se generan a los más pequeños son profundos y, en muchos casos, dejan marcas irreversibles a lo largo de la vida adulta.
Si bien el Ministerio Público es la institución encargada de investigar causas relacionadas con la explotación sexual de niños así como los hechos punibles de proxenetismo y pornografía relativa a niños y adolescentes, además de la trata de personas con fines de explotación sexual, las cifras de 2023 y 2024 nos siguen mostrando que el delito es uno de los problemas sociales más graves en Paraguay.
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Cifras aumentan de forma alarmante
Los números, que son colectados por el Observatorio de la Fiscalía, revelan, por ejemplo, que el año pasado ingresaron 108 causas por el hecho punible de pornografía relativa a niños y adolescentes, mientras que las cifras contabilizadas hasta julio de 2024 indican que se reportaron 2.176 causas. Parte de estos números corresponde a reportes que llegan a través del Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados, desde Estados Unidos.
Por otro lado, entre 2023 y 2024, se denunciaron 206 casos de proxenetismo ante el Ministerio Público. En el 2023 ingresaron 137 causas y hasta julio de 2024 se reportaron 69 causas con esa tipificación, según informaron la Dirección de Denuncias Penales, Informática y la Oficina de Estadísticas de la Fiscalía.
Mayor cantidad de pornografía infantil en Central
En cuanto al hecho punible de pornografía relativa a niños y adolescentes, el 75 % de las causas se concentran en Asunción y Central, siendo la capital la que encabeza las estadísticas. Los meses de mayor registro son abril, mayo y julio.
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En cuanto al proxenetismo, los meses con mayor número de registros de causas son: junio, julio, agosto, octubre y noviembre. Entre los departamentos con mayor incidencia se encuentran Central en primer lugar, seguido de Asunción, San Pedro, Cordillera, Caaguazú e Itapúa, según informó el Observatorio del Ministerio Público.
La explotación sexual se define como cualquier abuso o intento de abuso que se produce en una situación de vulnerabilidad, en una relación de poder o una relación de confianza. Ocurre con fines sexuales o para aprovecharse material, social o políticamente de otra persona.
Secuelas físicas y sicológicas
Las personas que han sufrido abusos por explotación sexual padecen secuelas tanto físicas como psicológicas, entre las que se destacan la ansiedad, la depresión, el estrés postraumático, la baja autoestima y la estigmatización que incluso se extiende a sus hijos.
La explotación sexual es uno de los principales fines de la trata de personas, que suele esconderse bajo la fachada de empleos en el extranjero.
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En muchos casos, las víctimas que aceptan trabajos en el comercio sexual no se sienten víctimas inicialmente, pero denuncian la explotación laboral como primer delito, para luego describir otros abusos.
El factor común entre las mujeres víctimas suele ser la vulnerabilidad, incrementada por la desigualdad, la pobreza y la falta de educación, señaló la sicóloga del Ministerio Público, Soledad Barge. Todas las personas víctimas de explotación sexual deben recibir ayuda psicológica para mitigar las secuelas de este abuso.
¿Cómo se puede prevenir este crimen?
Se puede prevenir este crimen con campañas de concienciación sobre los riesgos de aceptar trabajos lejos de sus redes de apoyo.
Además, es fundamental mantener la comunicación con la familia o personas de referencia que puedan brindar auxilio en caso de necesidad.