Jóvenes de distintas parroquias de Pilar exigieron el cese de la destrucción del medio ambiente en Ñeembucú. Los integrantes de la Pastoral Juvenil de Ñeembucú llevaron a cabo una marcha por el centro de la ciudad de Pilar, solicitando a las autoridades acciones para frenar la destrucción del medio ambiente.
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La actividad se enmarcó en la jornada denominada “Primavera con Cristo”, donde los jóvenes se reunieron desde tempranas horas en la parroquia San José Artesano, participaron de una misa y luego disfrutaron de juegos recreativos. Por la tarde, se movilizaron en defensa del medio ambiente, con el apoyo de la Unión de Organizaciones Ciudadanas de Ñeembucú (UOCÑ).
Yoni Martínez, representante de la Pastoral Juvenil, destacó que, aprovechando el mes de la primavera, los jóvenes decidieron organizar esta marcha en favor de la naturaleza. “Sabemos que nuestra naturaleza está siendo atacada por los seres humanos. El propio Papa Francisco nos interpela para cuidar nuestro medio ambiente”, señaló.
Por su parte, Cinthia Recalde, otra joven participante, mencionó que el objetivo principal es concienciar sobre el cuidado del medio ambiente, especialmente después de la reciente contaminación del aire causada por los incendios forestales que se registraron la semana pasada.
La monja salesiana Verónica Barony resaltó la importancia de proteger la naturaleza. “Es fundamental cuidarla ahora para que vivamos mejor en el futuro”, afirmó. También indicó que, a consecuencia del humo, sufrió problemas de salud, principalmente en la garganta.
El párroco Pedro Olmedo subrayó que el medio ambiente está conectado a todo, tal como lo señala el Papa Francisco. “Reflexionamos sobre los atropellos que sufre diariamente nuestro medio ambiente. La semana pasada lo vivimos en carne propia, ya que muchas personas sufrieron problemas respiratorios”, expresó.
Olmedo agregó que el humo no solo provino del Chaco, sino también del norte del departamento, en zonas como Villa Franca y Villa Oliva, donde se registraron grandes incendios en propiedades privadas. “Cuando dañamos la naturaleza, inevitablemente sufrimos las consecuencias”, concluyó.