La acusación contra Roberto Damián Garcete Rodríguez y su hijo Roberto Alejandro Garcete Cano (actual presidente del Club Resistencia), fue presentada hace minutos por parte de la fiscal de Delitos Económicos y Anticorrupción Belinda Bobadilla, quien solicita que ambos vayan a juicio oral y público por presunta usura y lavado de dinero.
La presente causa se originó con la remisión de los antecedentes por parte del Tribunal de Sentencia Especializado en Delitos Económicos que condenó a Ramón González Daher a 15 años de cárcel por usura, lavado de dinero y denuncia falsa, en relación a 185 víctimas de su esquema; entre las que estaba Eladio Miguel Britos y sus hijas.
De acuerdo a la acusación fiscal Roberto Garcete Rodríguez, sindicado por sus víctimas como el “usurero de la Chacarita”, otorgó un crédito con intereses excesivos y garantizado con un inmueble valuado en G. 1.100.000.000, simulando ser una compra venta, a la firma Proyinel S.A., perteneciente a la familia Britos.
El Ministerio Público resalta que el caso inició en junio de 2013, cuando Eladio Miguel Britos, necesitando capital operativo para cumplir con trabajos de construcción que había sido adjudicados a la firma Proyinel S.A., recurrió al señor Roberto Damián Garcete Rodríguez para acceder a un préstamo.
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Víctima pagó mucho más de lo que prestó
La fiscalía relata que el 26 de junio de 2013, Miguel Britos y sus hijas Laura y Rossana, acudieron a la escribanía de confianza de Garcete Rodríguez, la escribana María de Lourdes Duarte Franco; donde se encontraba el dirigente de fútbol, con quien se había realizado el trato; y su hijo, Roberto Alejandro Garcete Cano.
Ya en la escribanía Miguel Britos y sus hijas, representantes legales de la firma Proyinel S.A., fueron presionados para firmar un compromiso de pago, que terminó siendo en la realidad, una compra venta de un inmueble ubicado en la ciudad de Luque, valuado en aproximadamente G. 1.100 millones.
Al salir de la escribanía la familia Britos recibió la suma de G. 200 millones y en el plazo de un año terminó abonando G. 100 millones; además entregó dos cheques de la Asociación Paraguaya de Fútbol, por un total de G. 300 millones. Es decir, Roberto Damián Garcete Rodríguez percibió el doble de lo que había entregado como préstamo.
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Posteriormente Garcete Rodríguez solicitó a la escribana María de Lourdes Duarte Franco que en vez de figurar como adquirente del inmueble su hijo, figure la firma Credy Money S.A., de la cual él era presidente. Fue que así que, luego de que ya fuera firmada la escritura pública que contenía el acto simulado, la escribana modificó el monto de la operación a G. 1.500 millones e hizo constar que el adquirente era el señor Roberto Damián Garcete Rodríguez, en representación de la firma Credy Money S.A.
Reunión con Ramón González Daher y Roberto Garcete
La acusación presentada hoy por la fiscal anticorrupción Belinda Bobadilla señala que el 26 de noviembre de 2014 el señor Roberto Garcete Rodríguez convocó a Miguel Britos a una reunión para el día siguiente (27 de noviembre) en una oficina ubicada en el centro de Asunción, que terminó siendo la de Ramón González Daher.
Miguel Britos concurrió a dicha oficina acompañado de sus hijas María Laura y Rossana Britos, y en el lugar encontraron al actualmente condenado a 15 años de cárcel, quien les dijo que tenían 30 días para desalojar su vivienda, la que está ubicada en Luque y que había sido acordado que sería garantía de cumplimiento por el préstamo de G. 200 millones.
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En fecha 26 de diciembre de 2014, Roberto Damián Garcete Rodríguez nuevamente convocó a la víctima de usura Miguel Britos y a su hija Rossana, a una reunión en la misma oficina de Ramón González Daher, ocasión en la que el hoy acusado les dijo que si querían recuperar su casa debían comprometerse a pagar la suma de G. 2.257.440.000.
Con el propósito de ganar tiempo, Miguel Britos entregó cuatro cheques, los cuales fueron entregados por el señor Roberto Garcete Rodríguez a Ramón González Daher. En marzo de 2015, luego de la cancelación de la cuenta corriente de Britos en el banco, tras la presentación de uno de los cheques, Roberto Garcete indicó a la escribana María de Lourdes Garcete que inscribiera a su nombre el inmueble, en los Registros Públicos.