Día del Trasplante: desconocimiento sobre muerte encefálica sigue siendo el gran obstáculo

En el Día Nacional del Trasplante, el director del Instituto Nacional de Ablación y Trasplante, Hugo Espinoza, mencionó que actualmente tenemos una lista de espera de 257 personas que aguardan córneas, riñones corazón y otros órganos para salvar sus vidas. La negativa familiar sigue siendo un gran obstáculo, que va de la mano con el desconocimiento de lo que significa la muerte encefálica.

Ante todas estas circunstancias, el director del INAT resaltó que el hecho de hacer figurar en la cédula de identidad la cosnigna “soy donante”, es simplemente un apoyo al sistema, y no significa que precisamente a persona será donante en un futuro.
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Este martes 9 de julio se conmemora en nuestro país el Día Nacional del Trasplante, ocasión que el director del INAT aprovechó para recordar que actualmente tenemos una lista de espera conformada por 257 personas.

Para salvar sus vidas, estas personas necesitan en su mayoría córneas, mientras que las demás necesidades se distribuyen en riñones, corazón e hígado.

El responsable del INAT dijo los especialistas identifican cuatro factores entre los que impiden que las personas accedan a donar órganos de familiares fallecidos.

El primero de ellos es el desconocimiento acerca del trabajo que hace el Ministerio de Salud de la mano del INAT.

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“Del tema no se habla en la familia”

“No tenemos claridad sobre la muerte encefálica o cerebral; del tema no se habla en familia o entre los amigos”, comentó el doctor Hugo Espinoza.

Como punto importante para brindar tranquilidad a las personas que dudan sobre la donación, el doctor explicó que el cuerpo de la persona fallecida no presenta ninguna desfiguración luego de donar, sino que queda como siempre, con una herida que se cose.

Con respecto al porcentaje de donación, indicó que hay una tasa de 3 personas por millón de habitantes, que se refiere a órganos provenientes de personas fallecidas.

Lamentablemente, este porcentaje se repite cada año y nunca mejora. Idealmente, la cifra de trasplantes debería ser el triple, para estar al ritmo de los países vecinos, remarcó el responsable del INAT.

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El trabajo de contactar

Cuando ya se tiene un potencial donante, uno de los pasos más complejos suele ser dialogar con la familia y generar el convencimiento para el acto.

Para lograrlo, se trabaja en una serie de pasos estratégicos, que comienza con las notificaciones en las terapias intensivas.

En términos sencillos, cuando los terapistas tienen a pacientes con muerte encefálica, informan al INAT que tiene un sistema de guardia de 24 horas.

En esta institución, los coordinadores de trasplante que son también terapistas, van a verificar la muerte encefálica y hablan a la familia de la situación.

Trabajo coordinado entre instituciones

Recién cuando se aseguran que hay comprensión sobre la muerte encefálica, le hablan de la posibilidad de donar.

A partir de la aceptación, comienza un proceso con el acompañamiento del Laboratorio Central del Ministerio de Salud, que hace al donante estudios de histocompatibilidad. Estos permiten saber a quiénes irán asignados los órganos que se obtienen.

Un laboratorio privado que también colabora en el proceso es Díaz Gill.

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Atención con las contraindicaciones

No es tan sencillo como tener un paciente con muerte encefálica; este también debe estar libre de enfermedades y contraindicaciones.

Por ejemplo, no pueden ser donantes los que fallecieron de cáncer, los que tuvieron HIV u otras infecciones generalizadas.

Ante todas estas circunstancias, el director del INAT resaltó que el hecho de hacer figurar en la cédula de identidad la consigna “soy donante”, es simplemente un apoyo al sistema, y no significa que precisamente a persona será donante en un futuro. De hecho, la posibilidad es escasa, señaló.

Con un solo no se pierden varias vidas

El gran obstáculo para que todo el proceso de salvar vidas ocurra sigue siendo la negativa familiar, que se enumera en un 40 %, llegando incluso hasta el 50 %.

Con el no de una sola familia se pierde la oportunidad de salvar a muchas personas, puesto que se dejan de utilizar un corazón, dos riñones, dos córneas, un hígado, etcétera.

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