La abuela de 100 años de vida, Doña Gervacia Colmán, es madre soltera. Tuvo nueve hijos, de los cuales tres fallecieron. La longeva mujer había nacido en el distrito Puerto Irala, pero sus padres cuando era aún bebé se mudaron a la compañía Beni Loma de este distrito. La vecindad celebró el cumpleaños de la mujer más longeva del lugar donde en su casa recibió a sus vecinos y allegados con quienes compartió un almuerzo y música.
Desde muy joven tuvo a sus nueve hijos, de los cuales seis aún viven y vinieron a festejar con ella los 100 años de vida; la acompañaron sus retoños Cristóbal, Celsa, Dominga, Fermina, Eulogia y Ramón. Los fallecidos son; Mónica e Idelfonso y uno que al nacer murió. Además, estuvieron presentes sus 43 nietos, 93 bisnietos y 18 tataranietos.
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Ella vive bajo el cuidado de su hija Celsa, no le falta nada, ni padece enfermedad alguna. Solo hace unos meses dejó de caminar propia de la edad. Se desplaza en silla de ruedas, ya fue beneficiada con el subsidio estatal del programa Tekoporä con lo que ayuda a su hija para la compra de alimentos.
Para festejar los 100 años de Doña Gervacia, los nietos, bisnietos y los hijos se organizaron formaron un grupo de wathsapp donde iban surgiendo las ideas de preparar el almuerzo, las indumentarias a vestir y el refrigerio a servir.
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<b>Mujer artesana, luchadora y servicial</b>
Doña Gercavia aprendió de su madre el trabajo artesanal, que luego tomó como principal actividad para generar ingreso y mantener a sus hijos. Todas las colchas que tejía vendía a los comerciantes del casco urbano de este distrito. Además, se dedicaba a juntar coco y a vender en la zona y cultivaba rubros agrícolas y de renta.
Siempre fue una mujer luchadora y servicial con sus vecinos. Algunos de sus hijos viajaron a la Argentina en busca de trabajo y otros quedaron a trabajar en la confección y venta de los tejidos artesanales.
La buena alimentación con platos tradicionales de nuestro país, considera que es fundamental para llegar a una vida larga. Llevar una vida tranquila, de paz en el hogar, con la familia y vecinos, ayuda a llegar a la longevidad.
Es muy religiosa cree que estar bien con Dios, cumpliendo sus mandamientos y los sacramentos, ayudan a alcanzar la gracia de tener una larga vida. Esto le permite disfrutar de sus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos.
Goza de una lucidez envidiable y aún se alimenta desayunando leche de vaca, y consume vori vori, poroto con carne, poroto con queso, locro, polenta. En horas de la noche su cena es más liviano pero evita el consumo de comidas chatarras.