El agua de la lluvia -que llena los baches formando un “espejo”- aumenta el peligro de accidentes de tránsito en las calles de Asunción, donde la Municipalidad no se ocupa de ellas y los automovilistas caen y destruyen sus vehículos, pero nadie les repone el dinero perdido.
En mucho de los casos, como ocurre en la calle Manduvirá en su intersección con Hernandarias, es prácticamente imposible desviar los baches, por la cantidad que hay, por lo que los conductores de vehículos deben optar por aminorar la marcha para que el impacto no sea tan grande.
El tren delantero y las llantas de los vehículos son los más perjudicados, seguidos de los amortiguadores, que tienen un costo importante a la hora de ser reparados.
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Pero no sólo las calles principales de la capital sufren este inconveniente; las arterias que cruzan los principales barrios de la ciudad se encuentran en calamitoso estado y, a pesar de las constantes denuncias, el intendente Óscar “Nenecho” Rodríguez no toma nota, mucho menos pone manos a la obra para la reparación.
Se insta a los conductores a ser prudentes para no caer en baches que, cubiertos por el agua, no dejan ver su tamaño ni la profundidad.