Carapeguá: Kurusu Ára, una antigua tradición que resalta la religiosidad popular

CARAPEGUÁ. El Día de la Exaltación de la Cruz o Kurusu Ára, forma parte de nuestra tradición religiosa en nuestro país. Algunos celebran preparando algún altar en sus hogares, donde resalta a la cruz, adornando con chipas y rosarios de maní.

Don Amado Sosa y su esposa Eusebia Torres de Sosa, hace 46 años que preparan el calvario y adornan con chipa para recordar el Día de la Cruz.emilce ramirez
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Hoy, fecha en que se recuerda el “Día de la Cruz”, varias familias montaron los altares en sus hogares, a los que llaman también “calvario”, que prepararon con ka’avove’i o palmas. Esta festividad forma parte de la tradición popular, que además de exaltar el madero de Cristo, también recuerdan a sus seres queridos ya fallecidos, rezando el Santo Rosario.

En el Día de la Cruz los niños también recorrían las viviendas donde repartían las chipas.

Esta tradición sigue vigente en varias familias, tal es el caso de la familia integrada por Eusebia Torres de Sosa, Amado Sosa y sus tres hijas, que hace 46 años realizan la exaltación de la cruz. La familia comentó que desde ayer ya se faenó un lechón, prepararon chipas y hoy adornaron el “calvario”.

Por el Día de la Cruz, la familia Sosa hoy compartió un almuerzo con sus vecinos. A la tarde, se realizó el rezo del Santo Rosario y luego ya distribuyeron las chipas que cada año hacen en recordación a sus tres hijos fallecidos.

María Concepción Benítez, compartió con sus vecinos que preparó por Kurusú Ára y por sus dos ángeles que tiene.

En la compañía Tajy Loma de Carapeguá, María Concepción Benítez, en el día de la Cruz, acostumbra distribuir chipas a los niños y a sus vecinos. Lo hace también en honor a sus dos hijas fallecidas.

Elodia Estigarribia, más conocida como Ña Lola, también preparó su altar para exaltar a la cruz siguiendo una tradición de sus abuelos.

En Yaguarón, en la compañía Guayaibity, la pobladora Elodia Estigarribia, más conocida como Ña Lola, también mantiene viva la tradición familiar. Comentó que es un arraigo de más de 100 años que se habían iniciado con sus abuelos, luego su mamá y ahora ella sigue esa trayectoria de religiosidad.

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