Doña Fidela nació el 24 de abril del año 1919, pero según ella, fue en el año 1918 y que sus padres la inscribieron en el Registro Civil un año después de nacida. A los 19 años se casó con Francisco Caballero, ya fallecido hace 43 años, con quien tuvo 11 hijos, de los cuales cuatro ya fallecieron.
Actualmente siguen con vida siete de sus hijos, Felicita, Rufino, Leonardo, Francisco, Damián, Federico y Herminio. Los fallecidos son; Ireneo, Rufino, Maximina y Modesto. Doña Fidelina tiene un total de 33 nietos, 66 bisnietos y 39 tataranietos, comentó su nieta Marta Caballero.
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La longeva mujer fue agasajada por sus familiares, amigos, vecinos y el intendente local Gustavo Penayo Arce (ANR), le llevó una serenata y bailó con la abuela la polca liberal. También le entregó un obsequio y torta. Además, compartió con sus allegados un almuerzo, tallarín con pollo, mandioca y abundante sopa paraguaya.
En la comunidad la consideran como una mujer solidaria y muy creyente de la Virgen de Caacupé, pese a estar ciega porque su retina fue afectada por el humo, atendiendo a que desde niña cocinaba a leña, pese a su situación ella se mantiene alegre y lúcida.
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Pidió orar siempre y ser agradecidos con Dios
La abuela que cumplió 106 años recomendó a sus seres queridos y a los que se acercaban a saludarla para que no se cansen de orar a Dios y que eviten ser malos los unos con los otros. Hay que trabajar unidos y ser siempre agradecidos con el Señor.
La reliquia de la comunidad al recordar, su historia de vida, comentó que siempre ayudó a su esposo en los quehaceres de la casa y tratando de generar ingreso con la venta de coco que rompía y empaquetaba, y los animales de granja como gallina, cerdos; faenaba e iba a vender al Mercado 4 de Asunción.
A las panaderías del municipio de Quiindy surtía con la grasa de cerdo y con el dinero traía víveres para el hogar. Surtía a las panadería del municipio de Quiindy. La longeva mujer vive actualmente con su hijo Damián, soltero de 66 años de edad.
Resaltó que en tiempos difíciles es importante ayudar al prójimo, que siempre lo caracterizó su espíritu servicial. Considera que en recompensa a esa generosidad, ahora Dios le está regalando una larga vida que sigue disfrutando en compañía de sus seres queridos.
Alimentación tradicional
Doña Fidela asegura que su larga vida, a más de ser una gracia de Dios, se debe también a la buena alimentación que tuvo desde niña. Agregó que acostumbraba a desayunar leche espumante, recién ordeñada y en el hogar no faltaban las comidas tradicionales de nuestro país que son el locro, so’o apu’a, vori vori o mbejú.
Además, desayunaba y merendaa cocido con mbejú, coco con mandioca, queso con miel negra o miel de abeja, huevo, el jukysy elaborado a base de agua, huevo, cebolla, queso y sal o rora kyra. Pero hoy día la gente ya no quiere cocinar y opta por consumir comidas rápidas que nada aporta a la salud.
Actualmente a ella le gusta mucho la sopa, el asado y tallarín. Se levanta a las 6:00, toma mate con su hijo y luego ya desayuna y almuerza lo que le prepara en el día su hijo.