No es cualquier pan, se trata de una receta de hace más de 2.500 años y que se consumía también en la época de Jesucristo y hoy ha sido bautizado como el pan de Semana Santa.
“Es un pan que tratamos de que sea lo más parecido a lo que consumía nuestro antepasado, nuestro Señor Jesucristo”, refiere Sergio Amarilla.
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“Es un pan totalmente natural que no toca ningún tipo de elemento eléctrico, sea amasadora, refinadora, horno eléctrico. En su creación, los granos de trigo son molidos en un molino de piedra, por ejemplo, para luego preparar una masa madre que es básicamente fermentada naturalmente. Es básicamente agua y harina, reposo por 5 días y eso fermenta y hacemos un pan con levadura, porque muchos se confunden y dicen pan sin levadura”, añade el maestro pastelero.
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De hecho, Amarilla puntualiza que el pan sin levadura sería el pan ácimo, que es el pan básicamente consumido antes de que se conozca la levadura. El fermento es lo que hace que el pan crezca. “Entonces eso es lo que tenemos acá. Es un pan fresco, es un pan que dura, es un pan con todas las letras en mayúsculas”, enfatiza.
Historia de unos 2.500 años
Con respecto al sentido religioso de este pan, Amarilla remarca que “tiene una historia de 2.500 años atrás. O sea, según la historia cuenta, en alguna parte de alguna panadería egipcia se juntó agua con harina y eso hizo que fermente. Entonces habrá despertado la atención. Y ahí empezó la levadura, o sea, tiene historia y más de historia tiene mucho sentido, porque es un pan que se consumía en la antigüedad y, por ende, en la época de Jesucristo”, finaliza.