En un contexto marcado por la precariedad y la falta de recursos, la Escuela 15.403 y Colegio Nacional Indígena, ubicada en Pikykua, del distrito de Cerro Corá, departamento de Amambay, enfrenta una serie de carencias que claman por una atención urgente.
Uno de los desafíos más importante es el cruce del río Aquidaban en una balsa improvisada, una travesía que los estudiantes realizan diariamente para llegar a la escuela. Esta situación no solo representa un riesgo para su seguridad, sino que también dificulta su puntualidad y afecta su bienestar general.
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Aunque el año pasado se terminó la construcción de un nuevo pabellón con tres salas de aula, la realidad es que la infraestructura de la escuela sigue presentando graves deficiencias. Otros dos pabellones se encuentran en un estado deplorable: las paredes exhiben rajaduras, los pisos muestran hundimientos en varias áreas y el techo está seriamente deteriorado que cuando llueve hace imposible la permanencia en aula, según explicó Elcira Aquino Fleitas, directora de nivel básico de la mencionada institución.
Ante esta situación crítica, es imperativo que las autoridades competentes intervengan de manera inmediata para brindar soluciones efectivas. La educación es un derecho fundamental, y ningún estudiante debería enfrentarse a tales adversidades para acceder a ella, dijo la docente.
Se refirió además a la cocina con comedor que prácticamente está a punto de caerse. Mencionó que el año pasado, durante un acto, el intendente de Cerro Corá Wilfrido Figueredo se comprometió mandar construir una nueva cocina con comedor. La comunidad educativa está esperanzada a que dicha promesa pueda ser cumplida en el presente año lectivo.
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Es necesario garantizar condiciones dignas y seguras en las instituciones educativas, especialmente en aquellas ubicadas en áreas vulnerables y de difícil acceso como Pikykua.
Los llamados de la comunidad educativa y de los propios estudiantes no pueden ser ignorados. La inversión en infraestructura escolar y en recursos adecuados es esencial para asegurar un ambiente propicio para el aprendizaje y el desarrollo integral de los jóvenes.
La falta de acción solo perpetuará la desigualdad y la exclusión en el acceso a la educación, comprometiendo el futuro de las generaciones venideras.