Don Bruno Rosner nació el 24 de diciembre de 1923. Es el mayor de seis hermanos. Su padre fue un inmigrante alemán, Pablo Rosner, casado con una paraguaya, Juana Verdún. Don Bruno se casó con Ana Inés Richter (96). Ambos tienen cuatro hijos, 15 nietos y algunos bisnietos. Es un privilegiado que todavía puede ver lo que fue un sueño de unos pocos modestos colonos convertido en un verdadero imperio del trabajo, y una poderosa empresa generadora de riqueza que en la actualidad tiene más de 4.500 socios activos.
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Recordó un diálogo con un vecino del lugar, cuando nacía la idea de una cooperativa. “Iba caminando por la calle, pasé por el almacén de Herman Tischler, le dije que iba a fundar una cooperativa, y me dijo que estaba loco, que tres ya se fundaron y se fundieron enseguida. No... le dije, esta no se va a fundir”, recordó.
Añadió el cooperativista que acto seguido “me senté en una cuneta en la calle y comencé a hablar de la cooperativa, solo. Por ahí ya vino un colono, se sentó a mi lado, por ahí ya estuvimos entre ocho o nueve en la calle hablando, luego fuimos 80. Así comenzó nuestra locura, ja’e chupe”, apuntó.
Don Rosner era por entonces un incipiente empresario yerbatero, quien junto con un socio, Otto Khon (+), fundó una empresa que producía yerba de la marca “Compañera”, que sigue vigente en la actualidad.
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La fecha fundacional de la CCU es el ocho de marzo de 1953, jornada en la que se cumplió la asamblea constitutiva, con la presencia de sus 78 miembros fundadores. Antes de eso, sin embargo, hubo un arduo trabajo de un grupo de colonos para dar forma a la idea, que contó con el valioso acompañamiento de un cura alemán, Guillermo Hütte (SVD). La primera reunión con vistas a crear una organización tuvo lugar el 16 de noviembre de 1952.