Osmar Darío Frutos y otras doce personas ataviadas con sus remeras que llevan la inscripción 15 años de peregrinación desde Ciudad del Este llegaron a la Basílica de Caacupé hacia el final de la mañana y poco antes de que empezara a llover a cántaros.
Personalmente dijo, muy emocionado hasta las lágrimas, tener mucho que agradecer a la Virgen y motivos para seguir viniendo. Se ha curado de un problema del corazón y ahora lucha contra un cáncer que le diagnosticaron.
“Estoy muy agradecido y contento con la Virgen porque este año cumplo 15 años como coordinador del grupo de peregrinantes desde Ciudad del Este hasta Caacupé. No es fácil como cabeza y como promesero porque tengo que llevar doble carga. Pero ahora, voy a seguir caminando cada año”, expresó.
La imagen peregrina que los acompaña es de la parroquia Sagrada Familia, barrio Km 5,5 La Blanca, y siempre salen a misionar con ella. Visitan a los niños y a los enfermos. El grupo está integrado por familiares y amigos. “Hay chicos que están con nosotros desde antes de que nacieran, vinieron en la panza de su mamá y ahora ya nos acompañan”.
El grupo partió de la capital de Alto Paraná el 1 de diciembre desde la cabecera del Puente de la Amistad y empezaron la caminata que ahora llega a la meta luego de 7 días. Caminan durante el día y por las noches se quedan a pernoctar en algunos puntos. Ni bien pagan la promesa de nuevo regresarán a su comunidad y seguirán con su misión dentro de la Iglesia Católica.