Caacupé y sus peregrinaciones de todas las épocas

La capital espiritual del país, Caacupé, siempre ha sido el centro de convergencia de los católicos de la República desde tiempos inmemoriales. A lo largo de los años, las publicaciones periodísticas han expuesto la fe popular de los peregrinos, que a la hora de estar junto a la protectora, nadie los detiene y más aún cuando se aproxima el 8 de diciembre. Esta manifestación de fe hasta es constante durante casi todo el año. Ayer muchos ya llegaron al altar de la Virgen para agradecer por los favores recibidos.

Peregrinos llegando con una gran cruz a la villa serrana en 1969.
audima

En 1770, el gobernador Carlos Morphi, estableció a la Villa Serrana como epicentro religioso y lugar de peregrinaciones. Sin embargo, en la creencia popular, la devoción se remonta a muchos años atrás. Pero allí está Caacupé el espacio o santuario donde convergen los paraguayos para honrar a la Virgen de los Milagros.

En los seis tomos de “Caacupé, pueblo mío”, el historiador Pedro Artemio Ruiz, destaca pasajes de las peregrinaciones de antaños. Así también, en el Archivo de ABC Color, se pueden encontrar las caravanas de promeseros que hasta hoy perduran.

Virgencita azul. Portada del Suplemento Especial de ABC Color del 8 de diciembre de 1969.

Peregrinaciones de antes y de ahora

Nimia Vega, (65) oriunda de la compañía Azcurra de Caacupé, relató que hoy en día peregrinar a la Villa Serrana es diferente. Antes se caminaba en medio de una exuberante vegetación y hoy el panorama es distinto, por ejemplo, la nueva ruta cambió mucho el paisaje. Otro detalle que mencionó es que antes se peregrinaba con la familia, actualmente, los gastos ya impiden salir todos juntos.

Peregrinación a Caacupé un 7 de diciembre de 2011.

Dijo que recuerda como si fuera ayer que cada 7 de diciembre hacia la peregrinación con sus primos y tíos desde Kurusu Pablito hasta la Basílica.

“Aunque somos de la casa para nosotros era toda una tradición hacer la caminata para agradecer por las bendiciones recibidas. Nos íbamos con toda la familia, preparábamos nuestra matula, y en colectivo llegábamos hasta Pablito y de ahí caminábamos a Caacupé”, expresó Vega.

Muchos ayer se adelantaron para visitar a la virgencita.

Así también recordó el antiguo eucaliptal que se tenía a lo largo del kilómetro 48 de la ruta PY02 y mencionó que esos árboles representaban como un respiro para los que hacían un largo trayecto y llegaban a ese punto. “Pese a que esos árboles se sacaron por seguridad, creo que ofrecían un lindo ambiente al lugar y se extraña verlo”, dijo.

Así se veía el eucaliptal de Caacupé en el 2015.

Sin embargo, destacó que aunque pasaron los años la fe de la gente nunca cambió, y eso se puede ver cada 8 de diciembre. “Hoy en día se tiene una ruta señalizada y ampliada que es algo positivo para la comodidad de los peregrinos”, indicó.

“Antes se veía que la gente llegaba a Caacupé solo en carretas, hasta ahora continúa esa tradición con los peregrinos de Piribebuy, Caraguatay, Pirayú, Yaguarón y otras ciudades. Ahora también ya se puede observar a jóvenes que recorren kilómetros desde diferentes puntos del país en sus bicicletas, para llegar junto a la virgencita y agradecer por los favores recibidos”, dijo Vega.

Con el "rancho que camina", una de las tradicionales formas de llegar a Caacupé.

“Ahora estoy mayor y ya no puedo hacer mi caminata por cuestiones de salud. Pero me emociona ver que aún persiste la fe en los peregrinos que llegan a Caacupé”, enfatizó Nimia Vega.

Carritos aguateros que se surtían de agua en Tupasy Ykuá en 1970.

Expectativa

Actualmente, Caacupé, en el 2023, sigue siendo la ciudad elegida por miles de paraguayos y extranjeros que creen en la Virgen mediadora de los milagros. Ante esto, el pasado 15 de noviembre se anunció en una reunión interinstitucional en el salón de la Basílica, que este año estiman la participación de 1.200.000 visitantes, otros dijeron que hasta el octavario esa cantidad se duplicaría durante la festividad mariana que culmina el 15 de diciembre. Esto representa un gran desafío no solo para las autoridades policiales, sino también para los comerciantes que aprovecharán para hacer su agosto en diciembre.

Sobre la calle 8 de diciembre se pueden encontrar los puestos de remeras con imágenes de la Virgen de Caacupé que se pueden adquirir a partir de G. 20.000.

Arnaldo Britez, peregrino oriundo de Nueva Italia, llegó ayer junto a Virgen. Es el tercer año consecutivo que realiza la caminata junto a la Virgencita para agradecer por las bendiciones recibidas.

Indicó que la primera vez que vino a Caacupé fue en agradecimiento porque su abuela se curó de una enfermedad respiratoria en la época del covid-19.

“En aquella época difícil de la pandemia sufrimos mucho. Le pedí ayuda a la Virgen de Caacupé para que interceda en la salud de mi abuela y hoy está fuerte y sana”, dijo con emoción el peregrino.

Señaló que desde esa vez cada año hace la caminata desde el kurusu Pablito hasta la Capital Espiritual.

“Esto lo hago en agradecimiento a la Virgen. Mantengamos siempre la fuerza de la fe porque ella nunca nos abandona”, expresó Arnaldo Britez.

El novenario de la Virgen de Caacupé, empezará el martes 28 de noviembre, pero desde ahora ya se pueden ver a los peregrinos ascender la serranía hacia el santuario. Los actos centrales se desarrollarán el 8 de diciembre y la misa principal de ese día comenzará a las 6:00, será presidida por el obispo ordinario del lugar, monseñor Ricardo Valenzuela.

La peregrinación juvenil que cada año se revive.

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