El proyecto Palma brilla, de la Administración Nacional de Electricida (ANDE), nos anunciaba con bombos y platillos que por fin tendríamos una ciudad libre de los desprolijos cables, pues todos pasarían a ser subterráneos.
Sin embargo, ahora están cambiando un mal por otro, pues, si bien los cables están desapareciendo, la ciudad está sumida en una vergonzosa desprolijidad.
Escombros tirados obstaculizando el paso de los transeúntes, veredas rotas, cables expuestos y suciedad producto de las obras son algunos de los elementos que los asuncenos tenemos que presenciar y que dan cuenta de una ciudad desordenada.
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Proyecto cuesta más de G. 3.500 millones
Recordemos que, si bien el proyecto Palma brilla en principio iba a abarcar solo a la calle Palma, luego se decidió extenderlo a las calles transversales, pero solo media cuadra a ambos lados. Esto ocasionó que el costo de este proyecto, que inicialmente era de G. 3.500 millones, aumente.
Los vecinos se quejan del poco avance de la instalación del cableado subterráneo. Entretanto, aún no se conoce el costo total de las obras.
Un equipo periodístico de ABC TV estuvo este viernes sobre la calle México en su intersección con Mariscal Estigarribia, continuación de la calle Palma.
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Una ciudad desordenada
En el lugar se observa un desorden total, aunque en teoría ya se terminó el trabajo. Los restos de materiales que no fueron retirados de las veredas dan un aspecto desagradable a la ciudad.
Increíblemente, no realizan una limpieza básica después de terminar los trabajos. Personas no videntes o con discapacidad motriz padecen bastante a la hora de transitar por la ciudad, debido a todos los obstáculos que encuentran en su camino.
También hay quejas de los vecinos de que los obreros rompieron las veredas, las colocaron y volvieron a romperlas, dejando el camino intransitable.
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Supuestamente concluirían a mediados de noviembre
Supuestamente, la obra concluiría a mediados de noviembre, pero, teniendo en cuenta la situación actual, se espera que finalicen las obras a fines de este mes.
Todo este escenario genera incomodidad en los frentistas y principalmente en los comerciantes, que solo esperan que se concluya lo más rápido posible para que sus ventas no se vean afectadas.
Para coronar el escenario, lamentable, hay agua servida sobre la intersección de las calles México y Mariscal Estigarribia.