En los últimos cinco años aumentaron de manera considerable los casos de sicariato en nuestro país. En el mapa se analiza la cobertura territorial de las muertes por encargo georreferenciales. En 2018 estos hechos ocurrían en la frontera con Brasil y cinco años después afecta prácticamente a todo el territorio de la Región Oriental.
Roque Orrego, analista sobre criminalidad, comentó que los departamentos considerados con más violencia son lo que se encuentran en la frontera.
“Se puede ver cómo el sicariato fue ganando territorio a lo largo de toda la extensión de nuestro país y cómo fue afectando áreas que ya no son de frontera”, sostuvo.
Alguno de ellos son el departamento Central, la capital y varias zonas del Chaco, por lo que se considera al fenómeno del sicariato como creciente.
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El sicariato “rompe mitos”
Se considera importante y relevante porque rompe el mito de que la delincuencia organizada es un problema que no afecta a todos.
“Es considerado como algo que lava dinero y hace ganar dinero a la gente, genera fuentes de trabajo. Esto nos lleva a demostrar que operan unas lógicas de acumulación de poder que interactúan con otros centros de acumulación de poder distorsionando la vida republicana, democrática del Estado paraguayo, eso nos causa un daño enorme”, manifestó.
El sicariato utiliza a la muerte como el instrumento en las luchas de poderes mientras que la violencia económica o violencia organizada, la corrupción pública se encuentran más invisibilizadas.
Para el analista, el rótulo que se pone hace que el ciudadano entienda que se trata de algo lejano para él, que no le afecta, que no le provoca daños. “Este mapa nos demuestra lo letal que es este tipo de delincuencia y cómo realmente afecta a nuestras vidas”.
Dijo también que ahora se conoce una serie de condenas que muy pocas veces se dieron en el país afectando a personas que detentan poder.
“La idea de seguridad y punición siempre está vinculada a la gente que no acumula poder. Se habla de narcopolítica pero no del vínculo de ganaderos y sojeros al narcotráfico. Nuestro cielo es vulnerable a los vuelos que traen cocaína” manifestó.