La resonancia magnética es un estudio de alta complejidad que se realiza para múltiples patologías. Es muy requerido y a nivel público el único que presta este servicio es la Facultad de Medicina del Hospital de Clínicas, por lo que la cantidad de pacientes es mucho mayor y existe un sólo aparato para el mencionado estudio.
“Todo aquel que requiera resonancia magnética a nivel público viene a tratar de conseguir turno. La realidad es que aquí recibimos infinidad de pedidos, incluso externos, y la mayoría de las instituciones realiza el servicio pero sólo para sus pacientes. Nosotros recibimos a todos los que vengan con una orden firmada responsablemente”, especificó el doctor Jorge Giubi, director del Hospital de Clínicas.
El tiempo promedio estimado de cada resonancia, dependiendo del requerimiento, es de entre 40 y 80 minutos por paciente.
El horario de trabajo en Clínicas para este estudio es de 07:00 a 20:00 y el promedio de cantidad de estudios es entre 11 y 14 por día, sostiene Giubi.
Sólo en casos de urgencia se realizan “entre pacientes” agendados. En el caso de no poder asistir, instan a los pacientes a llamar y cancelar para dar oportunidad a otros que se encuentran en lista de espera.
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Los pacientes que no son de Clínicas son paraguayos que llegan de todas partes y necesitan el estudio, que en el 90 por ciento es gratuito, enfatiza.
No cuentan con presupuesto para la compra de más equipos
Giubi agrega que la institución tiene una capacidad instalada, pero necesitan más equipos.
“El presupuesto anual que nosotros tenemos para la compra de equipos es cero. No tenemos asignado en fuente 10 para el presupuesto anual de la Facultad de Medicina para compras de equipos biomédicos, ni ningún tipo de asignación”, manifiesta.
Sin embargo, el Ministerio de Hacienda da una asignación, mínima para la compra de equipos, de forma anual, pero esta no alcanza, especialmente para los de alta complejidad.
“Si nos abocamos a la compra de un equipo, se anula toda la asignación de un año para el Hospital de Clínicas”, explicó.
“Este es nuestro día a día. No podemos darle lugar a la gente sin tener que eliminar a otro que también está esperando hace quién sabe cuánto”, lamenta.