Moderna sala de hemodiálisis con millonaria inversión sigue sin funcionar en San Pedro

SAN PEDRO. Un pabellón para hemodiálisis, construido y equipado por la Gobernación de San Pedro, sigue deambulando en medio de protocolos y promesas de que será “un ejemplo”, mientras varios pacientes han fallecido esperando la habilitación. Los equipos ya requieren de mantenimiento por el tiempo que pasan sin ser utilizados y aguardan por una planta de tratamiento de agua para su habilitación.

Pabellón de hemodiálisis: local fue inaugurado pero no habilitado, en San Pedro.Omar Acosta, Abc Color
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La construcción de un pabellón para hemodiálisis en el predio del Hospital General de Santa Rosa del Aguaray, inició la Gobernación de San Pedro, en la administración del fallecido ex gobernador y ex diputado Vicente Rodríguez, con una inversión de unos G. 800 millones, pero quedó a medias; luego el gobernador Carlos Giménez, actual ministro de Agricultura, invirtió otros G. 700 millones más, con los que se equipó y entregó la obra.

En un acto oficial, en plena campaña política, el entonces presidente de la República, Mario Abdo Benítez, inauguró el local con la promesa de la descentralización, pero nunca entró en funcionamiento. Se designaron recursos humanos, se capacitó a los futuros trabajadores, pero falta una planta de tratamiento de agua, según se dijo en su momento.

Se consiguió una nueva inversión de una Binacional para refaccionar y adecuar el pabellón, pero hasta ahora falta la planta de tratamiento de agua; muchos pacientes ya han fallecido esperando la habilitación y funcionamiento.

En principio se había informado que el pabellón cuenta con la capacidad, incluso, de dializar unos 25 pacientes por semana, que es moderno, y que es un ejemplo de sala de hemodiálisis, pero la realidad es que hasta ahora solo es promesa, mucha inversión y los equipos ya requieren mantenimiento sin que hayan entrado en funcionamiento.

Los pacientes deben viajar a San Pedro de Ycuamandyyú, Coronel Oviedo o Asunción, con todos los gastos que implica el traslado semanal.

Los familiares y pacientes deambulan en medio de las necesidades y precariedades para luchar por la salud frente a un Estado indiferente ante la sensible situación.

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