Desde el sábado que se están reteniendo camiones con GLP en en el paso que une Itá Enramada -Paraguay- y Puerto Pilcomayo -Argentina-. Ahora ya son 25 los camiones que están parados y cada uno tiene una carga aproximada de 23 toneladas de gas, según citó Ausberto Ortellado, miembro de la Capagas.
Con esto, casi 600 toneladas de gas licuado del petróleo no pueden ingresar al territorio paraguayo por unos requerimientos de la cancillería argentina sobre las “documentaciones” de todos los vehículos, agregó Ortellado.
Asimismo, citó que los argentinos argumentan que todas las documentaciones solicitadas “se enviaron a Buenos Aires y de ahí no están retornando para dar la orden de liberación”, siendo esto lo que no les permite pasar e ingresar de vuelta a nuestro país.
“Es la Aduana que tiene que dar su ok; los camiones ya vienen todos autorizados y hay una oficina en cada planta que habilita a cada uno para que venga con el producto. Es un manoseo impresionante y el consumidor no tiene la culpa de un problema entre los cancilleres; porque se saca energía ahora ellos nos sacan GLP”, apuntó.
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Camiones con gas retenidos: ¿Afectará la provisión en Paraguay?
Continuando con sus declaraciones a ABC Cardinal, Ausberto Ortellado también enfatizó que existe un considerable “riesgo” con las cargas paradas ante los días de calor que se anuncian y ejemplificando que “una garrafa de 10 kilos incendia una casa; imagínate 600.000 kilos”.
Además de este peligro o riesgo, la carga retenida también implica un gran “perjuicio y sobrecosto” al no retornar a nuestro país, aseguró el miembro de la Capagas.
Por otra parte, el empresario confirmó que actualmente la totalidad de la importación de GLP en Paraguay depende de Argentina, ya que en Bolivia las plantas están en mantenimiento y no estarán proveyendo el producto.
Finalmente, ante la consulta sobre si estos camiones varados podrían afectar el stock de gas en nuestro país, sostuvo que actualmente “hay abastecimiento todavía para un mes”, aunque si la medida se va extendiendo y más camiones siguen varados, en algunas zonas del interior donde se depende del “día a día” podría comenzar a resentirse la provisión.
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