Ante la identificación de un alumno que padece maltrato psicológico o físico en su hogar, el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), recomienda a los maestros abordar al niño o adolescente y aplicar intervenciones enmarcadas en un enfoque de atención con otras instituciones.
Desde el MEC recuerdan que las escuelas y colegios deben ser “el lugar seguro y de protección de los estudiantes” por lo que los docentes deben saber detectar cambios de actitudes que son de alerta.
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De acuerdo a la cartera educativa, dentro de las denuncias de violencia intrafamiliar lo que más se visualiza es el maltrato físico sufrido por alumnos en sus propias casas.
“En un país con 40 grados de calor, se ven a estudiantes con remeras mangas largas para cubrir lesiones o se les nota cambios en actitudes como no querer volver a la casa”, afirmó Leda Palmerola, directora de Orientación Educativa del MEC.
Cuando se dan esta situaciones, Palmerola indico que por lo general el alumno recurre al docente o persona de confianza dentro de la institución educativa.
En ese marco, se recomienda que una vez el docente tome conocimiento, recurra al superior inmediato como supervisor o directora, que a su vez debe informar el hecho a las Consejerías Municipales por los Derechos del Niño (Codeni).
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Luego, la Codeni debe pautar entrevistas con la familia del niño y realizar contención al alumno. En caso de que la situación física sea grave o constante, otras instancias como la Fiscalía o Policía Nacional deben tomar intervención.
Niño maltratado, replica la actitud en su vida adulta, afirman
Leticia González del Ministerio de la Niñez y Adolescencia (MINNA) resaltó por su parte que la violencia física o psicológica impacta en el sueño, en la alimentación y en las actitudes del niño, que a su vez, reproduce o replica el maltrato con otros niños o en su futura vida adulta, con sus parejas.
“Un niño que ha pasado por violencia familiar o que fue testigo, queda con la huella en la cuestión psicológica. Incluso reproduce (el maltrato) porque no conoce otra forma de relacionarse. Cuando vive en un entorno violento, el niño replica (la acción)”, aseguró González.