Las obras de desagüe pluvial de la cuenca de Isabel la Católica y Teniente 1° Kanonnikoff se extienden en los barrios San Antonio y Dr. Gaspar Rodríguez de Francia de Asunción.
Los vecinos han tenido que vivir meses de problemas debido a los trabajos. Sin embargo, lo más desesperante para ellos es que la obra lleva retrasada varios meses.
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La fecha del fin de la ejecución de las obras era el 13 de junio del año pasado, según la información oficial de la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas. Existe un retraso de un año y un mes en los trabajos.
El contrato firmado por la Municipalidad de Asunción fue con el Consorcio CPV por G. 8.980.573.300. El representante legal es Luis Bóveda Samaniego.
El proyecto contempla la readecuación de las cañerías del agua potable de la Essap (Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay), readecuación de los tubos cloacales y, el mejoramiento vial en la zona intervenida, que incluye el pavimento con hormigón hidráulico.
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El fiscal de la Dirección General de Obras de la Municipalidad, Carlos Gómez, dijo que actualmente se tiene un 80% de avance aproximadamente en lo que es la colocación de las alcantarillas celulares. Sin embargo, dijo que las lluvias generan inconvenientes en el avance, además de las aductoras ubicadas en el trayecto y las líneas de alta tensión.
“Acá el trabajo es más lento porque tenemos líneas de alta tensión. Existen tres líneas de 23.000 voltios, tenemos dos aductoras, entonces ahí los trabajos se hacen con más cuidado y por eso es un poco más lento”, aseveró. Agregó que sobre la calle Isabel la Católica se está por culminar los trabajos que alcanza tres cuadras.
Problemas de circulación en Isabel la Católica
Las obras han provocado mayormente problema en la circulación de los vehículos. Los vecinos comentaron que además de que los autos deben circular con mucho cuidado, los ómnibus están desviando de sus itinerarios normales, lo que provoca que los pasajeras no sepan dónde esperar los colectivos.
Los frentistas son los más afectados puesto que no pueden sacar sus autos de sus casas o deben dejarlos en la calle, alejados de su propiedad.
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Asimismo, la circulación peatonal se vuelve peligrosa en todos los puntos de la obra, ante la poca señalización. A esto se suma el polvo de las obras y la difícil circulación en días de lluvia.
Los vecinos también informan que los negocios se han visto afectados debido a que los clientes no pueden llegar hasta el sitio o prefieren buscar otras opciones menos “peligrosas”.