El pasado 13 de julio fue destruido un mural que estaba en la pared de la cooperativa Copafi de Areguá, casa central, ubicada en el centro de este distrito. Según los datos, la escultura que representaba el trabajo de la población de la ciudad -que casi en un 100% se dedica a la alfarería-, fue hecha por una artesana local llamada Greta Stampf.
La versión es que, el presidente de la entidad, Arnaldo Gómez, ordenó que el mural sea demolido para reemplazarlo por otro y esta tarea estuvo a cargo de un reconocido artesano de Areguá llamado Enrique Centeno.
Centeno proviene de una respetada y valorada familia de artesanos que, desde hace muchos años, se dedica a la fabricación de todo tipo de objetos incluso utilizando diferentes técnicas contemporáneas que se fusionan con el barro.
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Intentamos hablar con el presidente de la cooperativa, Arnaldo Gómez, para conocer los motivos de la destrucción de la escultura, pero no atendió la llamada a su celular.
Por su parte, Enrique Centeno dijo que la administración de la cooperativa lo contrató para demoler el mural “que ya caía a pedazos” y que ponía en riesgo a las personas ya que se encontraba sobre el cajero automático.
Centeno agregó que, el mural tiene como 20 años de antigüedad, “no más”, y señaló que ya estaba destruido. Por tal razón, fue contratado por la cooperativa para la demolición y la construcción de uno nuevo donde podrá plasmar su arte.
Citación judicial
Varios referentes de la artesanía, arte y cultura de Areguá manifestaron su indignación por lo sucedido y decepcionados, extendiendo sus críticas a través de las redes sociales al reconocido artesano Enrique Centeno.
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Este último, molesto por las críticas, incluso llegó hasta el Palacio de Justicia de Luque donde un juez determinó una audiencia de mediación entre Centeno y otras tres personas para el próximo 25 de julio.
Los citados para una conciliación son los aregüeños Adolfo Díaz, Marta Melgarejo y José Luis De Tone, que deberán comparecer ante un juez.
Estas personas cuestionaron la actitud de Centeno y con asombro, manifestaron que no entendían por qué el mismo, que es descendiente de una familia de artesanos respetados y queridos en Areguá, se prestó para la demolición del mural.