El sobrepeso y la obesidad son dos problemas reales y muy perjudiciales para la población infantil y adolescente en la actualidad.
Nos encontramos criando a una generación que pasa largas horas del día pegada al celular, la tablet o la computadora, llevando una vida sedentaria y con muy poca o nula actividad física.
Este conjunto de malos hábitos nos ha llevado a que un 34,1% de los niños y adolescentes de la actualidad sufran de sobrepeso y obesidad.
A esto se suma otro hábito poco saludable, que es el escaso consumo de frutas y verduras.
Qué hacer para evitar el sobrepeso y la obesidad en niños
Así, la salud de la nueva generación se ve muy amenazada, y penosamente, en el caso de los menores que ya están en grado de obesidad, lo único que queda es un tratamiento multidisciplinario con un pediatra, un nutricionista y un sicólogo.
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Para los chicos que aún no llegaron a la etapa de sobrepeso, pero están comiendo de forma incorrecta, sí estamos a tiempo de modificar las conductas alimenticias. Todo esto, con el objetivo de que los más pequeños no se vean en un futuro cercano predispuestos a desarrollar enfermedades como la diabetes o problemas cardiacos.
Al decir del licenciado en Ciencias del Deporte Eduardo Enciso, quien trabaja en el Departamento de Control y Prevención de Factores de Riesgo y Obesidad de la Dirección de Vigilancia de Enfermedades No Transmisibles, los buenos hábitos comienzan de los niños pequeñitos. Así también, es responsabilidad de los padres evitar exponerlos a muy temprana edad a dispositivos tecnológicos, que los llevan a una vida sedentaria.
La edad peligrosa
El licenciado Enciso, quien trabaja en identificar los factores para la prevención de la diabetes y enfermedades cardiovasculares, así como la promoción de hábitos saludables, indicó que hay una prevalencia para la obesidad entre los 5 y los 9 años. No obstante, en esta dependencia estudian estrategias para fomentar hábitos saludables en todas las edades, siempre enfocados primeramente en la prevención.
En total, en todo el país hay cuatro consultorios para el manejo integral de la obesidad. Están ubicados en el Hospital General Pediátrico Niños de Acosta Ñu, el Hospital Regional de Caazapá, el Materno Infantil de Fernando de la Mora y el Materno de Loma Pytá.
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El trabajo del licenciado Enciso es capacitar al personal de estos servicios para que atiendan a los chicos en los consultorios.
Según el profesional, los chicos están asistiendo actualmente en buena cantidad, para recibir la atención multidisciplinaria y superar el sobrepeso.
Lo que importa es la prevención en casa
No obstante, enfatizó en que “de nada servirá abrir más consultorios para combatir la obesidad”, si no existe una prevención de los malos hábitos que comience en casa.
Se debe reforzar bastante la idea de que los niños modifiquen sus conductas alimenticias en las casas, ya que actualmente “se vive un ambiente obesogénico en los hogares”, explicó el licenciado, quien añadió: “Si los padres no comemos frutas, ellos tampoco la comerán”.
Un aspecto que requiere especial atención es el de los niños de la primera infancia, que, debido al ritmo de vida laboral de los padres, pasan sus días en las guarderías.
No rotundo a ultraprocesados
En estos centros de cuidado infantil es muy frecuente encontrar que los padres lleven para sus hijos meriendas ultraprocesadas, como galletitas, jugos en cartón, chocolatadas, etc.
El profesional indicó que la política del Ministerio de Salud es restringir al máximo posible los alimentos procesados y los de alto contenido de azúcar, sodio o grasa en menores. “Eso no significa que no los coman nunca, pero deben consumirlos lo menos posible”, señaló Eduardo Enciso.
El programa de consultorios pediátricos para tratar la obesidad se implementó en el marco de la Ley 4959/2016 De prevención y tratamiento de trastornos de la alimentación, que se promulgó en el año 2016. En tanto, los consultorios abrieron sus puertas en el 2017.
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Tips para padres apurados
En la merienda de los pequeños que pasan la jornada laboral en guarderías no pueden faltar al menos dos porciones de frutas, yogur, cereal y un snack saludable, que puede ser un sándwich de queso (de preferencia evitar el jamón) huevo o sándwich de verduras y huevo.
En todos los casos se deben evitar las gaseosas y los jugos en cartón. Llevar mejor un jugo hecho en casa y promover la lactancia materna.
Hacer el pequeño esfuerzo de tomarse unos minutos y preparar una merienda casera a nuestros hijos, en lugar de agarrar la primera galletita que encontramos en la góndola del súper, hará la diferencia. Ese granito de arena es indispensable para que el niño el día de mañana tenga menor posibilidad de desarrollar obesidad.
El rango de consumo recomendado por el experto es de tres porciones de frutas y dos de verduras al día, en todas las edades.