Unas 30.401.660 hectáreas de superficie cubren en total las 291.497 fincas de producción agropecuaria que existen en el país, según registró el Censo Agropecuario Nacional (CAN 2022), cuyos resultados se dieron a conocer el pasado miércoles en el Banco Central del Paraguay.
Uno de los hechos llamativos del CAN 2022 es que las áreas destinadas al ganado (pasturas naturales más pasturas cultivadas) disminuyeron de unas 17.837.589 hectáreas que estaban en el 2008, a 16.784.146 hectáreas en 2022, es decir unas 1.053.443 hectáreas.
En el detalle, lo que más disminuyó es el área de pasturas naturales, que al 2008 se contabilizó en unas 13.387,054 hectáreas y para el 2022 quedó en 10.066.625 hectáreas, es decir una reducción de 3.320.429 hectáreas.
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En compensación, las áreas de pasturas cultivadas aumentaron en unas 2.266.986 hectáreas, porque de 4.450.535 hectáreas del 2008 se elevó a 6.717.521 hectáreas para el 2022.
¿Soja en fincas ganaderas?
En el ramo de la producción agrícola, el CAN 2022 registró un área total de cultivos temporales de 4.185.598 hectáreas, cifra que representa un aumento de 880.425 hectáreas, sobre las 3.365.203 hectáreas de hace 14 años.
En el detalle, el rubro más importante de la agricultura, el área de la soja de zafra normal, registró 3.062.086 hectáreas en el 2022, que tuvo un aumento de 823.308 hectáreas respecto al 2008, cuando había 2.238.778 hectáreas, según el anterior censo agropecuario.
Entonces, con el aumento del área de soja y la disminución de las áreas de pastoreo del ganado, se podría inferir que muchas fincas pecuarias diversificaron su producción, incursionando en el cultivo de la soja, principalmente, en San Pedro, en el Chaco y otras zonas del país.
Un aspecto importante que se debe analizar detenidamente es la adjudicación de lotes que realizó el Instituto de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert) en el lapso comparativo de los censos 2008 y 2022, que aparentemente no impactó sobre la superficie productiva nacional, porque en vez de aumentar disminuyó y lo más extraño es que se redujo la cantidad de fincas de menos de 10 hectáreas, que es justamente el estrato que alimenta el Indert.
Según los datos del censo, en el 2008 había unas 167.861 pequeñas fincas de entre 1 y 10 hectáreas y cubrían en total un área de 647.820 hectáreas; luego de 14 años dicho estrato se redujo a 161.872 fincas cubriendo un área de 629.397 hectáreas.
Para contrastar datos del Censo 2022 consultamos con el Indert y recibimos la información parcial de que entre 2014 y 2022 el ente agrario adjudicó 41.268 lotes, gran parte de ellos agrícolas, pero solo entregó en ese lapso 8.881 títulos de terrenos. En este punto se debe aclarar que en ese número también entran los lotes urbanos de los productores.
En otro orden, el CAN 2022 registró que hubo un incremento de 25.361 fincas con título definitivo, un crecimiento auspicioso, pero considerando las 136.000 fincas que requieren titulación, siguiendo el ritmo se podrá terminar el trabajo en cerca de 75 años, lo que es un freno para el desarrollo.
Aumentos de la producción, en línea con reducción de la pobreza
El censo agropecuario es una actualización de datos de la producción agropecuaria que da una línea de base para planificar correctamente y no en base a mitos y leyendas, explicó el presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), Ing. Agr. Héctor Cristaldo.
“En el Censo Agropecuario 2022 se ve la consolidación de la producción de carne de cerdo y de aves como una forma de dar valor agregado a la proteína vegetal convirtiendo las cosechas de granos en proteina animal”, destacó.
Cristaldo indicó que la cría de cerdo dio un salto muy importante, de 1.000.000 de ejemplares con los que se disponía en 2008 se pasó al 2022 a unas 1.800.000 cabezas, lo que demuestra que se está avanzando a pasos agigantados.
Así también, en la producción de aves se tuvo un importante crecimiento, porque de unos 16 millones de ejemplares de aves que se tenía en el 2008 para el 2022 se aumentó a unos 32 millones, en diferentes etapas y sistemas de producción.
Mencionó que con la incorporación de los pequeños productores a las cadenas de valor del maíz y de la soja, así como con el mejoramiento de la producción de algunos rubros hortícolas, se impulsó el mejoramiento de la calidad de vida de miles de pequeños productores.
“Si estos datos del censo agropecuario, que muestran aumentos de la producción, tanto en horticultura como en agricultura, en ganadería menor y bovina, los vinculamos con la reducción de pobreza, que en el 2000 teníamos cerca del 57% y para el 2022 disminuimos al 24% la pobreza, lo que demuestra que el Paraguay está en el camino del desarrollo sostenible”, expresó Cristaldo.