Las carencias que soportan los asegurados del Instituto de Previsión Social (IPS) son incontables. A diario hay denuncias de déficit de insumos y medicamentos, falta de turnos y médicos especialistas. A esto se suman supuestas licitaciones amañadas y direccionadas y una crisis financiera que se arrastra desde hace años.
Ante las necesidades que sobrellevan en el lugar y los millonarios gastos que se dan por la falta de fármacos, un grupo de familiares de pacientes hospitalizados que conviven en el albergue del Hospital Central, decidió emprender una olla económica para abaratar el costo de las comidas.
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La iniciativa, sin embargo, está generando conflictos y la queja de quienes también desean elaborar sus propias comidas para economizar en los gastos que genera recibir atención médica en el hospital del seguro social.
María Cáceres es una de las personas que denunció a ABC que no pueden hacer uso del sitio porque un grupo está lucrando para su propio beneficio, olvidando que todos allí están en las mismas condiciones y padecen de las mismas dificultades.
Pese a un pago mensual, el asegurado del IPS debe muchas veces comprar hasta el algodón para recibir atención médica en los puestos de salud del seguro social.
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“Dijeron que es olla popular, pero es mentira porque están lucrando. Acaparan toda la cocina y te tratan mal cuando querés usar, te echan de ahí”, reclamó.
Según indicó la denunciante, smuchos desean cocinar sus propios alimentos pero no lo pueden hacer.
Platos económicos cuestan entre G. 12.000 a G. 15.000
Los platos de comida elaborados por un grupo de familiares de pacientes en el albergue del IPS, cuestan entre G. 12.000 a G. 15.000.
Si bien todos en el albergue reconocen que el precio es mejor que el costo de la comida de la cantina del IPS, que ronda los G. 20.000, muchos son los que prefieren cocinar su propia comida, pero no pueden hacerlo.
La familiar de un paciente -que no se identificó- lamentó la situación. “No está mal que estén lucrando, pero que dejen de usar también las comodidades que hay. El lugar es para todos”, reclamó.
El espacio destinado a la cocina en el albergue del IPS es reducido, lo que imposibilita que más de seis personas estén allí al mismo tiempo.