Selva Benítez, desde niña tenía el deseo de saber algo de su madre biológica, a quien la buscó intensamente y a través de internet recibió ayuda de sus compueblanos, que la contactaron con una página que busca gente en la Argentina, y logró conseguir el número de su madre.
El sábado último, en el barrio San Vicente de Carapeguá llegó la mamá y se confundieron en un efusivo y emotivo abrazo.
La hija comentó que cuando consiguió el número de teléfono de su madre, no esperó en llamarla, se contactó con ella y del otro lado su mamá respondió y por primera vez en 44 años escuchó la voz de su mamá.
Fue un momento muy emotivo. “Le pregunté su nombre, me dijo que se llamaba Manuela Cristina Benítez(62) y me confirmó que me había dejado al cuidado de mi madrina y que nunca más pude verla”, afirmo Selva.
También comenzó a buscar sus lazos familiares, en nuestro país, y a través de las redes sociales conoció a una tía, a quien pasó también el número de teléfono celular de su madre Manuela Cristina, porque los familiares de ella, sus cuatro hermanos y su madre, esperaban volver a verla antes de morir.
La madre biológica de Selva comentó que ella era de escasos recursos, sus padres vivían en el Chaco y ella vino a dejar a su hija de meses con la madrina, quien vivía en la compañía Aguai’y. Ahora su madre vive en Villarrica. Dijo que nunca más pudo venir a verla porque cuando fue a trabajar a Asunción, encontró a un hombre con el que formó una pareja, y este le prohibió contar que ella tenía un hijo y no le dejaba venir más a visitar a sus parientes.
Su exesposo la separó de su hija y familia
Manuela Cristina dijo que tuvo tres hijos con su esposo, y que pasó malos momentos, hasta que un día decidió viajar a la Argentina con sus hijos y quedó a residir en Moreno, Argentina. Su deseo siempre fue reencontrarse nuevamente con sus padres, hermanos y su hija, pero había perdido todo rastro de ellos, porque se mudaron del Chaco.
“Gracias a Dios mi hija me buscó, y es la que está haciendo posible darme esta alegría de volver a reunirme con mis familiares y no sé cómo agradecer este momento. Estoy feliz de poder abrazar a mi hija y sentir que ella me quiere y que también me estaba buscando, sin juzgarme el porqué la dejé”.
Su hija recibió con los brazos abiertos a su madre, quien llegó acompañada de su tía Eugenia Benítez, hermana de su madre, y se comenzaron a mimar, se abrazaron y juntas lloraron de emoción.
Ambas prometieron nunca más separarse. La hija agradeció a su madre por el esfuerzo que hizo de venir de la Argentina a visitarla, “fue una sorpresa tan linda que agradezco a Dios, por darme la oportunidad de conocer a mi madre”, dijo Selva.