La construcción de los primeros 31 kilómetros de bicisenda que van de San Lorenzo y de Luque a Asunción fue reanudada en barrios asuncenos. Se trata de un proyecto que tiene un costo de US$ 800.000 que provienen en un 100% de una donación del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), según informaron los responsables de AMABICI.
La semana pasada fue asfaltado y pintado el tramo que corre por el barrio Villa Aurelia, entre las avenidas Madame Lynch y Boggiani, donde quienes circulen en bicicleta con dirección al centro capitalino deberán hacer a pedal un breve segmento por la ciclovía de Boggiani, para luego tomar la calle Benigno Ferreira.
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El tramo recorre un par de cuadras de la calle Facundo Machaín, luego toma Francis Morice y la calle Mayor Eduardo Vera, hasta salir a la avenida Boggiani. Estas dos últimas calles son empedradas, donde se ha asfaltado apenas la porción correspondiente a la bicisenda.
Tienen mucha vegetación y son muy tranquilas, lo que las convierte en ideales para circular en bicicleta.
Sin embargo, el tramo de bicisenda que correrá sobre Benigno Ferreira y su continuación, la calle Alberto de Sousa aún no está siquiera demarcado. Esto se debería a que esta es una de las calles que próximamente pasará de ser de doble sentido a calle de un sentido, en este caso con dirección al centro de la capital.
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El nuevo tramo ya se puede utilizar, dado que está demarcado con dos rayas blancas continuas y se colocó la señalización vertical, que indica que es de uso exclusivo para quienes se mueven en bicicleta. Faltan aún los ojos de gato que separan físicamente el tránsito de bicicletas del automotor, así como la pintura horizontal.
Por otro lado, para que la bicisenda transcurra por Fernando de la Mora aún falta resolver la cuestión de la “suspensión temporal” que había decidido esa ciudad.
Un regalo que la Municipalidad de Asunción no cuida
Mientras la bicisenda donada suma kilómetros, la Municipalidad de Asunción comandada por Óscar “Nenecho” Rodríguez solo tiene para ella y para la comunidad ciclista muestras de desdén y desinterés. Además del consabido apaño a los violadores de las normas de tránsito que estacionan con impunidad sobre la bicisenda en las calles Palma e Iturbe, ni siquiera dispone que algunos de los alrededor de diez mil funcionarios que tiene a su cargo agarre una escoba y salga a barrer la vía.
Esto pasa en varios tramos de la bicisenda, donde se acumulan tierra, piedras, vidrio y ramas, además de formarse baches. Para muestra basta un botón: en Alberto de Sousa y Charles de Gaulle se ha formado un amasijo de piedras y tierra como se observa en la siguiente fotografía:
Este descuido, intencional o lisa y llana inutilidad, puede tener graves efectos, ya que una bicisenda solo tiene sentido en tanto y en cuanto es infraestructura segura para los ciclistas.
Si no brinda protección y facilidad para desplazamientos pierde su razón de ser y no es utilizada, con lo que se pierde una valiosa inversión.