El monumento consistirá en un gran arco en forma de herradura, característico de la arquitectura árabe, construido en mármol blanco, que contendrá los nombres de los pioneros de esta nutrida y antigua colectividad asentada básicamente en lo que fue la antigua -y desaparecida- “Zona Baja” de Encarnación.
Los primeros inmigrantes se establecieron en un área eminentemente comercial de la ciudad, actividad muy ligada al puerto de lanchas sobre el río Paraná, que posibilitaba la comunicación con la vecina ciudad de Posadas (Argentina).
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La comunidad árabe es una de las más antiguas colectividades de inmigrantes, y sus descendientes son en la actualidad tradicionales y caracterizadas familias de la sociedad encarnacena.
Con esta obra la colectividad sirio libanesa busca estar más presente en la comunidad, a través de una obra de belleza arquitectónica que se sumará a los atractivos de la Plaza de Armas, refirió el presidente de la Sociedad Líbano Siria de Socorros Mutuos, Julio Alberto Squef.
Uno de los caracterizados miembros de esta comunidad, el artista plástico César Duba, elaboró el bosquejo de lo que será el monumento, con el complemento del diseño arquitectónico de los técnicos que tendrá la ejecución de la obra. Nos vamos a tomar el cuidado de incluir a todos los inmigrantes, para que nadie quede fuera, indicó Duba.
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Los antecedentes de la llegada de libaneses a Encarnación se remontan a 1890. Los primeros registros de llegada de nacionales de dicho país a Paraguay datan de 1888, con el arribo de un contingente de 1.604 personas. Esta primera etapa se prolongó hasta la primera década del 1900. Los puntos donde establecieron fueron Asunción, Villarrica, Encarnación y zonas del departamento de Misiones.
Algunos de los apellidos muy conocidos en la ciudad, como Damus, Abud, Yunis, Duba, Squef, Sarquis, Haddad, son de origen libanés, y forman núcleos familiares que llegan tres o más generaciones en la comunidad.
Monumento en 60 días
El miércoles se cumplió con la ceremonia de la “palada inicial” de la obra, que estará concluida en unos 60 días. Los trabajos demandarán alrededor de G. 60 millones, según trascendió, y serán ejecutadas por la empresa Fenicia. La financiación de la obra es con recursos propios de la colectividad árabe a través de la sociedad de socorros mutuos.
Con este monumento la Plaza de Armas se constituirá en una especie de Jerusalén, donde todas las colectividades tienen un espacio propio, y comparten en armonía un pedazo de tierra, sostuvo el intendente municipal de esta ciudad, Luis Yd, también de ascendencia libanesa, durante la ceremonia de inicio de obras.
Al acto asistió también en gobernador de Itapúa, Christian Ríos (ANR), y un nutrido grupo de la numerosa colectividad sirio-libanesa en esta ciudad.
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Otras colectividades que tienen un espacio propio dentro de la plaza son la japonesa, con un atractivo jardín japonés; la colectividad alemana, con una moderna obra de arte, y la colectividad ucraniana, con un memorial a las víctimas del “holodomor” y un busto del máximo poeta ucraniano, Taras Sevchenko.