El poblado de Pozo Hondo, a orillas del río Pilcomayo, se encuentra a unos 850 kilómetros de Asunción siguiendo el trazado de la ruta Transchaco hasta Infante Rivarola; luego se toma un tramo de tierra de 100 kilómetros.
Pozo Hondo está habitada por unas tres mil personas, muchas de ellas de origen argentino y boliviano.
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El nombre de Pozo Hondo comenzó a sonar a mediados de la década de 1980 cuando un grupo de visionarios peleaba por el trazado de una ruta bioceánica.
En nuestro país, el ingeniero Marcio Schussmüller impulsó con incansable entusiasmo el diseño de una ruta que tenga a Pozo Hondo como punto de salida de nuestro comercio con el Pacífico.
El poblado tiene una deuda de gratitud con el ingeniero Schussmüller, quien falleció en febrero último.
Lo que parecía una utopía va dejando paso a una realidad nueva: la construcción del puente sobre el río Pilcomayo, en 1997; el tendido de la energía eléctrica, en 2021; y ahora la licitación para el asfaltado de la Picada 500, de 240 kilómetros.
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El movimiento de técnicos de las empresas viales es continuo en torno a Pozo Hondo: buscan acuerdos comerciales en la provincia de Salta para la adquisición de piedras.
Y los precios son comparados con proveedores de Bolivia. Lo que genera preocupación es la inestabilidad económica de ambos vecinos, pero pensar en llevar piedra desde Villa Hayes tiene un costo prohibitivo por la distancia.
Ida y venida en torno al puente
Julio César Aldana, funcionario de la Dirección de Migraciones, confirmó que se tiene un promedio diario de 150 ciudadanos que cruzan la frontera con Argentina.
Comentó que “son personas que realizan diferentes actividades en el lado argentino y por lo general regresan en el día”.
En cuanto al comercio en Pozo Hondo, Arsenio Amarilla, de la Administración de Puertos, mencionó que “el movimiento comercial gira sobre todo alrededor de Misión La Paz y la ciudad de Santa Victoria”.
Al igual que en otros puntos limítrofes con Argentina, la diferencia de precio vuelve atractivas las compras en el vecino país.
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Sin embargo, los argentinos ingresan todos los días en Pozo Hondo para realizar compras diversas.
Arsenio Amarilla dijo: “El coquito es el gran atractivo así como otros productos panificados. La calidad es buena y eso marca la diferencia con productos argentinos”.
De momento no se tiene un flujo comercial mayor porque Argentina aún no habilita el ingreso de productos paraguayos para comercialización en su territorio o en camino a Chile.
Del lado argentino, el asfaltado ya tiene unos años y el último tramo para llegar a Misión La Paz, de 22 kilómetros, está enripiado.
En Pozo Hondo aguardan con expectativa el asfaltado de la Picada 500. El poblado, que hoy es pequeño, será referente comercial de Paraguay en el noroeste. Es cuestión de tiempo nada más.