Comunidad indígena de Santa Rosa del Aguaray clama por aulas y rubros para docentes

SAN PEDRO. La comunidad indígena de Naranjito, distrito de Santa Rosa del Aguaray, lamenta la precariedad que soporta en educación ante la desidia de las autoridades. Advierte con movilizaciones y bloqueo de rutas para exigir aulas y rubros para docentes. Los niños estudian bajo árboles y tres docentes trabajan sin rubros.

La comunidad indígena Naranjito del distrito de Santa Rosa del Aguaray clama por aulas y rubros para docentes.Omar Acosta, A
audima

En la comunidad aborigen Naranjito, del distrito de Santa Rosa del Aguaray, departamento de San Pedro, estudian unos 120 alumnos desde jardín hasta nivel medio. Cuentan con cinco docentes con rubros, en tanto que otros tres trabajan sin rubros.

Sólo disponen de dos aulas, que fueron construidas por la Gobernación. Otra aula la edificaron los padres, pero en jornadas calurosas no se usa debido a que es pequeña, tiene techo de chapa, pared de madera y no cuenta con ventiladores. Un sanitario abandonado sin concluir utilizan los niños del jardín como sala de clase.

El director de la escuela, Cristian Vega, manifestó que los responsables de la educación no dan respuestas a los reclamos y necesidades de la comunidad. “Pedimos que nos hagan caso, de verdad necesitamos. Pedimos que hagan el esfuerzo y nos den respuestas”, dijo el docente y agregó un mensaje de cara a las elecciones: “Nuestro país, para fortalecerse, depende de la educación. Es necesario poner a la educación en primer lugar para mejorar”, puntualizó.

El líder de la comunidad, Miguel Torales, lamentó que las autoridades ignoren las necesidades. “Pedimos aulas y rubros; no nos hacen caso, no atienden nuestras llamadas. Les buscamos en las oficinas y tampoco encontramos a las autoridades. Solo nos queda mostrar nuestra situación por la prensa y ver si nos miran, pero luego nos queda la última opción de salir a movilizarnos y cerrar rutas”, advirtió el líder.

La comunidad de Naranjito se pobló hace ocho años. Un total de 69 familias están distribuidas en el inmueble de 305 hectáreas. Mediante constantes reclamos y movilizaciones lograron rubros para los cinco docentes, dos aulas más y un sanitario, pero la población educativa crece y no existe acompañamiento de las autoridades, por lo que de nuevo se unen para expresar las necesidades y urgencias de la comunidad.

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