La seguridad de las bicicletas es una cuestión transversal. Lo ideal sería que los comerciantes, empresarios y responsables de oficinas públicas y privadas proveyeran de infraestructura segura a sus clientes o empleados que lleguen en bicicleta. Los biciestacionamientos son objeto de regulaciones públicas y complementan de manera prioritaria en los planes de urbanismo y movilidad.
Toda edificación residencial multifamiliar, complejo industrial, comercial o corporativo (sea público o privado), así como edificios o espacios públicos de esparcimiento o vinculados al transporte público, centros educativos o de salud, entre otros, debería contar con ellos.
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La falta de estacionamientos adecuados para bicicletas, o el no contar con lugares cómodos y confiables para asegurarlas cuando no se las vaya a usar, es uno de los factores que propicia su robo.
David Byrne en su Diarios de bicicleta nos informa de que cortar un cable es sumamente fácil, solo lleva cinco segundos. Y agrega, “serrar una barra antirrobo (un minuto) o romper una cadena con una sierra de disco (cuatro minutos)”); ahora podemos agregar que eso, además, desalienta su uso como medio de transporte, lo que va de contramano con las actuales políticas de promoción de la bicicleta como una alternativa de movilidad eficiente, sana y amigable con el ambiente.
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Los bicicleteros
El objetivo de todo biciestacionamiento es brindar a las personas que se mueven en bicicleta una estructura segura, cómoda y digna que les permita sujetar sus bicicletas con seguridad mientras desarrollan sus actividades.
Existen diversos modelos de bicicleteros pero, por su funcionalidad, se destacan tres:
- los de sujeción de la rueda delantera;
- los de forma de “U” invertida; y,
- los de “U” invertida perfeccionada.
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Estacionamientos de sujeción de rueda delantera
Los estacionamientos de sujeción de rueda delantera ocupan poco espacio y su costo de instalación es bajo, pero no son muy seguros (al no quedar el marco de la bici aferrado a ellos, un ladrón, con solo desprender la rueda, puede llevarse la bici). Tampoco son muy estables (pues como las bicis solo están ancladas a ellos por la rueda suelen caerse y dañar el cuadro, las ruedas, los radios, u otras partes; además, los diversos grosores de las ruedas hacen que no todas encajen en ellos). Por ello los ciclistas prefieren no utilizarlos y recurrir a cualquier columna o basurero.
Su uso solo está recomendado para comercios que requieran poco tiempo de permanencia y cuenten con vigilancia. O bien para estacionamientos privados.
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Estacionamientos para bicicleta en U invertida
Los estacionamientos para bicicleta en U invertida son sencillos, prácticos, estables y muy seguros (salvo los que están empotrados en el suelo con tornillos, pues pueden ser removidos). Este tipo de estructura permite amarrar a ella el marco y ambas ruedas de una bicicleta. Su único inconveniente es que ocupa bastante espacio. Son los más recomendables y utilizados.
Buscando un equilibrio entre seguridad, estabilidad, espacio y comodidad se desarrollaron los modelos de U invertida, que alternan la altura del soporte de la rueda delantera, para poder reducir la distancia entre dos bicicletas y aprovechar el espacio. Estos modelos si bien ganan espacio, respecto al anterior, pierden en seguridad, pues solamente permite sujetar a él la rueda delantera.
Son muy ingeniosos los diseños de bicicleteros ideados por David Byrne para la ciudad de Nueva York, que ilustran su citado Diarios de bicicleta.
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¿Cómo deben ser los estacionamientos para bicicleta ideales?
Para que un biciestacionamiento sea eficiente o útil, a más de buenos bicicleteros, debe contar con una ubicación, tipología y diseño adecuados.
Si son para un centro comercial, un barrio cerrado, un complejo deportivo, una plaza o espacios públicos abiertos tienen diferentes requerimientos (capacidad, tiempo de permanencia, niveles de seguridad, sistemas de protección, etc.) por lo que, al momento de prever, o de proveer, este tipo de espacio se debe considerar:
1.- su cercanía con el punto de destino (los estacionamientos deben estar lo más inmediato posible al lugar de destino; lo recomendable es que esté a menos de 30 metros o que llegar a él, desde el acceso, tome menos de 45 segundos caminando);
2.- su accesibilidad (debe ser fácil llegar hasta él, lo ideal es que esté ubicado a nivel para no tener que salvar gradas o rampas de acceso);
3.- su visibilidad (visible y reconocible, esa es la premisa, el ciclista debe identificarlo rápidamente como tal; no están de más unos visibles carteles indicadores);
4.- su comodidad (que los bicicleteros cuenten con espacio suficiente y estén diseñados para colocar y sacar la bicicleta sin mucho esfuerzo físico);
5.- su capacidad (deben ser suficientes, conforme su ubicación y actividades propias del lugar al que sirven);
6.- su seguridad (no es necesario que sea sofisticada -cámaras o guardias-, basta con que esté a la vista de los transeúntes -lo que ya disuade las acciones vandálicas o robos-, y no se limita a los indeseables cacos, sino que también a los golpes que puedan sufrir los bicicleteros o a las bicis fijadas a ellos de otros vehículos); y
7.- su integración (no deben alterar el entorno ni obstaculizar los desplazamientos de los demás transeúntes).
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Estacionamientos para bicicletas cerrados y abiertos
Algunos clasifican a los biciestacionamientos como cerrados o abiertos.
Los cerrados o de acceso restringido-, están debidamente delimitados y protegidos para ser usados por un grupo determinado y restrictivo de personas (clientes, empleados o funcionarios de comercios, empresas o instituciones públicas o privadas), pueden estar ubicados en espacios privados o públicos, y ser gratuitos o tarifados; en tanto que los abiertos no poseen esas restricciones y su uso es gratuito.
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Para otros los estacionamientos son de tres tipos:
- los informales y espontáneos (cualquier tipo de estructura sólida que el ciclista encuentre en la vía pública y que, a su criterio, sea eficiente para amarrar su bicicleta; son los que abundan, pero no los recomendables);
- los provistos por los municipios o impuestos por éstos (en este caso, dependiendo de los bicicleteros y comodidades que provean, cumplen con la finalidad de promover el uso de las bicicletas como medio de transporte, otorgando lugares determinados y seguros para estacionarlas);
- y, los de servicio custodiado (serían los cerrados de la clasificación anterior, los que pueden ser gratuitos o no).
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Finalmente, los biciestacionamientos, suelen disponer de una serie de servicios complementarios para garantizar su seguridad como ser:
- protección física (candados o mecanismos de seguridad, casilleros con llave, etc.);
- protección climática (toldos, una estructura techada, u otra protección para la lluvia o el sol excesivo); sistema de vigilancia (mediante cámaras de seguridad o guardias); o,
- servicios para bicicletas (para su mantenimiento o reparación).
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Obligatorios en Asunción
En Asunción la Ordenanza Municipal N° 607 del 6 de abril de 2016, PARA LA PROMOCIÓN DE LA MOVILIDAD DE CICLOVÍAS Y EL PLAN INTEGRAL DE TRAZADO DE LA RED DE BICISENDAS EN LA CIUDAD DE ASUNCIÓN, define al biciestacionamiento (artículo 4°), al que considera como una infraestructura imprescindible dentro de los lineamientos de la movilidad sustentable (artículo 7°); y, dispone que “Se preferirá la instalación de biciestacionamientos del tipo “U” invertida, conforme los lineamientos de los Manuales adoptados en el Artículo 10 de esta Ordenanza” (artículo 20).
El Manual de referencia es el que lleva por título: “Bici-estacionamientos en el Espacio Público” (Volumen 1, Setiembre2013) y fue editado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo del Gobierno de Chile.
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La misma Ordenanza dispone que: “Todos los inmuebles, con excepción de la vivienda unifamiliar, deben contar con estacionamientos para bicicletas que brinden servicio tanto a residentes o trabajadores como a visitantes o clientes. Su funcionamiento y la cantidad de espacios requeridos deben estar reglamentados de forma similar al estacionamiento de autovehículos”.
Así, por ejemplo y conforme el Anexo I del Plan Regulador de Asunción, en un Área Central (el Microcentro de Asunción), un restaurante o alguna tienda o comercio, deberá prever 1 módulo de biciestacionamiento por cada 60 m2 cubierto, y una vivienda multifamiliar 2 unidades por cada 3 unidades de vivienda.
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En conclusión, la responsabilidad de crear ciudades sustentables no radica exclusivamente en las autoridades y funcionarios de turno.
Brindar infraestructura para facilitar que la gente se mueva en bicicleta y pueda dejarla con seguridad mientras trabaja, estudia o consume debe ser atendida por las personas, instituciones o empresas, porque al final, los beneficia también a ellos, gracias a que ganan clientes y tienen alumnos, empleados y consumidores más sanos, concentrados y felices.