Dinavisa advierte los riesgos que implica el consumo de la infusión de ayahuasca

La Dirección Nacional de Vigilancia Sanitaria lanzó una advertencia sobre el consumo de la infusión de ayahuasca, un producto vegetal de origen amazónico. El comunicado de Dinavisa confirma que el ayahuasca es una sustancia sicoactiva “con potentes propiedades alucinógenas”. Al consumo de ayahuasca se agrega fumar las glándulas venenosas del sapo bufa.

El consumo de ayahuasca, inicialmente, era controlado por shamanes. Hoy es un negocio (AFP).010046+0000 PEDRO PARDO
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La Dirección Nacional de Vigilancia Sanitaria (Dinavisa) lanzó una advertencia sobre los riesgos que genera el consumo de ayahuasca.

La alerta sanitaria Nro. 3/23 expresa: “Se informa a la población que se detectó en redes sociales la oferta comercial de “ayahuasca”, sustancia sicoactiva de origen natural con potentes propiedades alucinógenas y que se promociona alegando propiedades farmacológicas no comprobadas” (negritas son nuestras).

Agrega el documento de Dinavisa: “La N-N demitiltriptamina o DMT es un alucinógeno natural que se encuentra presente en bebidas tales como el ayahuasca, que es resultado de la mezcla de dos plantas: la enredadera de ayahuasca (Banisteriopsis caapi) y un arbusto llamado chacruna (PsychotRia viridis)”.

Cabe señalar que en Estados Unidos e Inglaterra, así como en otros países, el DMT es ilegal.

El gobierno británico advierte que el consumo de este alucinógeno puede tener graves consecuencias en personas con problemas de salud mental y desencadenar diversos trastornos, entre ellos la esquizofrenia.

La recomendación de Dinavisa de no consumir ayahuasca y su componente con DMT se realiza con el siguiente argumento: “Al carecer de registro no se puede saber con exactitud su composición, calidad y eficacia”.

La ayahuasca es un té que se prepara con vegetales amazónicos (AFP).

Siguiendo con el documento de Dinavisa, se puede leer lo siguiente: “Los componentes de la ayuahuasca no tienen beneficios comprobados para la salud de las personas, por tanto su comercialización y uso están prohibidos según el Convenio de Sustancias Psicotrópicas de 1971″.

Componentes de la ayahuasca: consumo bajo control médico

El consumo de DMT, componente de la ayahuasca, solo puede utilizarse con fines científicos y médicos muy limitados.

El control en el consumo pueden realizar personas debidamente autorizadas, en establecimientos médicos o científicos que estén bajo la fiscalización directa de sus gobiernos o locales expresamente autorizados.

En nuestro país, tanto la distribución como el consumo, se lleva a cabo sin control alguno. En las redes sociales se puede encontrar secciones donde se ofrece la venta, con servicio de entrega.

El costo promedio es de 120.000 guaraníes, incluyendo delivery, de un frasco de 120 ml como promedio.

En una entrevista realizada a Francesca Stumpfs, del departamento de Estupefacientes y Sicotrópicos de Dinavisa, mencionó que “el DMT se trata de una catinona sujeta a fiscalización por su carácter sicotrópico”.

La catinona es un alcaloide que se encuentra en el arbusto Catha edulis, conocido popularmente como khat. Está estrechamente relacionado con la efedrina y otras anfetaminas.

En cuanto al riesgo de consumir productos con DMT, el comunicado de Dinavisa menciona: “Pueden provocar alucinaciones visuales, auditivas, despersonalización, alteraciones en la percepción y un sentido alterado del tiempo”.

A esto se agrega: “También está asociada con el aumento de la tensión arterial y frecuencia cardiaca, agitación, convulsiones, dilatación de pupilas, náuseas, mareos y alteraciones en la marcha”.

Cuadros de esquizofrenia

El Dr. Manuel Fresco, director del Centro Nacional de Adicciones, dependiente del Ministerio de Salud Pública, explicó en un reportaje publicado en ABC Color que “el ayahuasca actúa sobre el sistema nervioso central, es un alucinógeno”.

Mencionó que puede provocar un cuadro sicótico, pudiendo ser agudo, y en algunos casos irreversibles. “Se tiene documentación científica de que es desencadenante de esquizofrenia, en personas predispuestas”.

Según costumbres ancestrales, solo los shamanes daban de beber el ayahuasca. Hoy es simplemente un negocio donde no se advierte al consumidor de los riesgos potenciales a la salud.

“La misma sustancia –siguió diciendo– puede tener efectos diferentes en las personas. El estado de ánimo determina la experiencia que tendrá luego de su consumo. A modo de ejemplo, una persona optimista podrá ver colores; aquella que está con un cuadro depresivo, alucinaciones terroríficas. Pero es la predisposición anímica la que determinará la experiencia de su consumo”.

El veneno del sapo bufo

La oferta de tomar ayahuasca no viene sola. En los últimos cinco años se agregó la posibilidad de fumar bufo alvarius (Incilius alvarius) o simplemente bufo.

El bufo es un sapo con glándulas parótidas de gran tamaño. Segrega una sustancia viscosa de color lechoso. Este veneno es el que contiene los alcaloides sicoactivos. El proceso de extracción de la droga es sencillo. Basta con apretar con fuerza la glándula del sapo para extraer su secreción.

Posteriormente se procede al secado del líquido para así obtener unas escamas, que son las que se fuman. El resultado de fumar veneno implica un riesgo: los vapores del bufo causan alucinaciones visuales y sensitivas, convulsiones y sensación de asfixia.

El veneno del sapo es un estimulante que genera alteraciones en el organismo, sobre todo a nivel cardíaco; esto implica la posibilidad de hipertensión y otras reacciones que pueden conducir a la muerte del consumidor.

Cuando se venden el ayahuasca y el bufo, no se advierte al consumir de todos los riesgos que implican para su salud.

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