Marcelito ya está en su casa tras exitosa cirugía

Finalmente, Marcelito Denis, el menor de 10 años que fue sometido a una cirugía de manos por una patología congénita, fue dado de alta y ya está en su casa, en Kambyretá, Itapúa. Los dedos más pequeños ya fueron separados, pero queda una segunda intervención, en la que separarán el dedo del medio y el anular, la parte más comprometida de la mano.

Marcelo Denis, el pequeño de 10 años que pudo operarse de una patología congénita de la mano.Gentileza
audima

Luego de haber pasado momentos de mucho dolor y desesperación cuando le robaron los G. 40 millones que había ahorrado durante 10 años para la operación de mano su hijo, el señor Miguel Denis casi no puede creer que hoy su hijo esté de alta y que ya se encuentren en su casa, con la mitad del sueño logrado, pues falta una segunda operación.

El pasado 16 de enero, Marcelito se realizó la costosa cirugía en forma gratuita gracias al buen corazón del doctor Jesús Marín, jefe del servicio de cirugía de manos de Hospital del Trauma, y de los propietarios de un sanatorio privado de la capital, que pusieron la infraestructura para la operación.

Este martes, 21 días después, el niño de 10 años ya está a su casa en Kambyretá, Itapúa.

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El señor Miguel Denis, papá de Marcelito, dijo a ABC Color que están muy felices con el resultado de la operación, pues esta cirugía para ellos era inalcanzable, ya que no contaban con el dinero que les robaron, y que habían preparado para la intervención.

Además, el trabajador está muy agradecido con la gente que le brindó ayuda para realizar este sueño por el que ahorró 10 años.

Se preparan para otros gastos

Por el momento, tanto él como la madre de Marcelito están trabajando para ahorrar y disponer dinero para sus pasajes, ya que deben regresar a Asunción en febrero y en julio.

La primera cirugía consistió en separar los dedos más finos y menos complicados, según le explicó el médico a la familia.

La segunda operación es para separar el dedo del medio y el anular.

Lo hospedaron para evitar infecciones

El doctor Jesús Marín, quien operó al pequeño, detalló que en realidad el niño ya salió del hospital estrictamente pocos días después de la cirugía, pero, por su recomendación, no pudo volver a Kambyretá, para evitar que le herida se le infectara y tuviera complicaciones.

Entonces, los dueños del sanatorio ofrecieron un departamento cercano al sanatorio, donde Marcelito y sus padres fueron hospedados para guardar el reposo correspondiente durante 21 días.

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Ahora, el siguiente paso es que Marcelo debe volver en un mes, para una reevaluación y una serie de procedimientos de fortalecimiento de sus arterias, de manera a que en el mes de julio, lo puedan operar por segunda vez para separar los dedos anular y medio, que son los que quedan pendientes.

Falta la parte más comprometida

El galeno explicó a ABC Color que los demás dedos se pudieron separar, pero el anular y medio se dejaron para una segunda cirugía pues son la parte más comprometida de la mano. Esto, debido a que ambos dedos comparten una sola arteria y son fundamentales para la movilidad de la mano.

El doctor puntualizó que el niño está realizando fisioterapia para desarrollar la sensibilidad en los dedos y aprender a diferenciar distintos tipos de texturas. Ejemplificó que Marcelo tendrá que aprender de cero a utilizar y sentir con su mano izquierda, así como lo desarrolla un niño a los 2 años.

Si bien, según la recomendación de los cirujanos, esta operación Marcelito se la debió hacer a los dos años, y se la realiza con un retraso importante, el médico aseguró que de todos modos es un éxito el avance que tendrá. No obstante, la sensibilidad no se recuperaría en un 100 %.

Marcelito tiene una patología congénita que se da en un niño de cada 1.000. Después de la primera operación, el doctor le colocó un mecanismo de tracción por el cual el pequeño ejercitará la movilidad de su manito.

Solidaridad y críticas

El doctor Jesús Marín recordó que supo de este caso gracias a su hijo, quien es comunicador y le contó la historia de Marcelito, por lo que se ofreció a operar sin cobrar sus honorarios.

El facultativo destacó que pese a su buena intención, nada hubiera podido hacer si el sanatorio no le brindaba la infraestructura para operar.

Contó que recibió muchas críticas de sus colegas por ofrecerse a operar sin cobrar, y que lo señalaron por querer fama o marketing. Sin embargo, reflexiona que viene de una época en la que la medicina era caridad y no mercancía.

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