Conductores ofuscados siguen denunciando las largas esperas para poder cruzar la frontera hacia Argentina, que algunas personas denuncian que se extienden hasta nueve horas.
Muchas personas entraron a Encarnación desde Argentina en los últimos días para las fiestas de fin de año. Según registros de Migraciones, en promedio habrían cruzado 30.000 personas por día en las últimas semanas de diciembre.
La gran afluencia de personas dejó en evidencia la atención lenta y desorganizada de las autoridades fronterizas, obligando a los automovilistas a soportar el calor, sin servicios ni baños disponibles.
Las filas superaron los tres kilómetros de extensión durante toda la primera semana del año. Se desplegaron dispositivos de seguridad para evitar adelantamientos, pero de igual manera la atención lenta sigue causando que se formen cada vez más largas filas.
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La atención es lenta
El sábado, automovilistas denunciaron que la fila sólo se movía un poco cada dos horas. Personas que decían haberse colocado en la fila a las 06:00 aún tenían más de un kilómetro de fila por recorrer nueve horas después.
Agentes del Área Naval de Itapúa, quienes regulan la circulación del lado paraguayo del puente, indicaron que ayer sólo había seis casillas habilitadas en la Aduana argentina, de las nueve que existen, y afirmaron que los argentinos sólo liberan el paso cuando el puente tiene filas, en un intento de no dejar carga estática sobre el viaducto internacional.
El Ministerio de Relaciones Exteriores paraguayo anunció el 29 de diciembre pasado que se habilitarían más casetas de atención a partir del 2 de enero, en un horario extendido de 07:00 a 23:00, en un acuerdo alcanzado en el Área de Control Integrado de ambos países.
Además, en la última semana de diciembre se eliminó la fila preferencial para extranjeros, medida que trajo inconformidad y varios conflictos en la frontera.
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Tierra de nadie
Varias instituciones se ven involucradas en el control de las filas que se extienden por las calles de la ciudad de Encarnación. Todas han tomado medidas que solucionaron ciertos conflictos, pero las filas siguen siendo extensas y lentas.
El clima en la frontera es tenso y la ciudadanía expresa su descontento contra los policías que custodian la fila u otras autoridades.
Tres personas fueron detenidas en incidentes contra la Policía durante la semana pasada, y siguen las constantes quejas contra gestores de filas conocidos como “pirañitas” y pedidos de coima para permitir adelantamientos.
“Tierra de nadie” es la frase que utilizan los denunciantes para dar cuenta de la situación que viven en la frontera.
Las personas en la fila piden a la prensa que haga control de cómo operan irregularmente las autoridades o que por lo menos esté presente para ejercer presión para el funcionamiento correcto del paso fronterizo.