El 24 de diciembre es un día ajetreado en el hogar. Es tradición preparar por la mañana la cena de Nochebuena. El horno y el tatakua funcionan a full. Lo ideal es preparar el mejor menú.
Allí se cocinarán la sopa paraguaya, la gallina casera y el lechón, mientras otros ya optan por comprar comida preparada para ahorrar el trabajo.
A la tarde, al caer la noche, los creyentes se dirigen a los templos para participar de la misa del gallo, una celebración festiva que proclamará el advenimiento del Niño Dios. Durante la liturgia los sacerdotes entronizarán al Niño, mientras las lecturas se referirán a la llegada del Mesías. (Ver infografía).
En la Catedral Metropolitana, la víspera de Navidad comenzará a las 20:00. Estará presidirá por su eminencia cardenal Adalberto Martínez Flores.
La Nochebuena es del encuentro familiar. Es costumbre compartir la mesa familiar. Este día las distancias se acortan para llegar a la casa familiar y allí prestar adoración al Niño moldeado en el barro, rodeado de María, José y los Reyes magos y los míticos animales, que, según la tradición, dieron calor a aquella escena del nacimiento de Belén.
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Las horas transcurrirán en la amable compañía de los miembros de la familia, hasta que el reloj marque la medianoche y las bombas anuncien que se conmemora el nacimiento del Niño.
Mañana, Navidad, que recuerda el advenimiento de Jesús, la misa será a las 11:00 en la Catedral Metropolitana. Presidirá el cardenal Adalberto Martínez Flores.