En Paraguay, en las festividades de Navidad y Año Nuevo (a veces incluso mucho antes), la ciudadanía utiliza fuegos artificiales de todo tipo, desde fosforitos hasta imponentes bombas. Lastimosamente, tras los segundos o minutos de algarabía, suelen sobrevenir momentos de susto, dolor y meses de tratamientos que terminan con niños y adultos que pierden dedos y manos tras la explosión de uno de estos fuegos pirotécnicos.
Representantes del Ministerio de Salud y del Centro Nacional de Quemaduras y Cirugías Reconstructivas (Cenquer) lanzaron la campaña “En estas fiestas, cero quemados por fuegos pirotécnicos” y brindaron los lamentables datos y resultados de accidentados en años anteriores.
“El Hospital de Trauma cumple 32 años al servicio los días de festividades: 24, 25, 31 de diciembre y 1 de enero. Queremos poner a conocimiento de ustedes lo que nos preocupa como institución, dos puntos relevantes: el manejo indiscriminado de artefactos pirotécnicos por menores y, en segundo lugar, lo que llamamos ‘la otra pandemia’, lo que se produce en las manifestaciones”, manifestó el doctor Jesús Marín, especialista en traumatismo de manos.
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El doctor Marín presentó datos e imágenes de niños y adultos que perdieron dedos, manos, sufrieron lesiones en sus ojos, pies, etc., a raíz de la explosión de fuegos pirotécnicos.
“Estamos criando inválidos”
“En el 2014, tuvimos casos de menores de edad con lesiones a nivel ocular, pérdida de la vista, pacientes con manos destrozadas. En 2015, tuvimos menores con lesiones en las manos, brazos, pies, rostro y cabeza. Estamos criando inválidos. Los médicos debemos reconstruir y dar vida a esa mano, a esos dedos, para que vuelvan a ser útiles”, cuestionó el médico.
“En el año 2019, antes de Navidad ya teníamos 9 casos de lesiones por fuegos pirotécnicos. Llevan entre 3 y 5 cirugías y un tratamiento de 5 meses. Las secuelas implican varios tratamientos quirúrgicos”, dijo.
“Imágenes que sirven para crear conciencia”
La presentación del doctor Marín contuvo imágenes muy fuertes de niños y adultos que habían perdido los dedos, se habían destrozado las manos, los pies o los ojos, tras la explosión de pirotecnia. Los médicos coincidieron en que ningún tipo de fuego pirotécnico es inofensivo.
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“Después de ver las imágenes fuertes de los accidentes y los datos estadísticos, que son necesarios para crear conciencia, quiero decir que el mejor tratamiento es la prevención. La pólvora inocente no existe. Desde un simple fosforito, ajito o estrellita puede producir lesiones graves y hasta la muerte”, manifestó el doctor Saúl Zaputovich, director del Cenquer.
“El adulto que se expone a los fuegos pirotécnicos sabe a lo que se expone, por eso apunto a los niños, porque son indefensos y no tienen noción de lo que puede causar esa explosión. Creo que, como padres, nadie le pondría una granada de guerra en la mano y esto es lo más parecido a eso. Si es tradición familiar, que lo haga un adulto, sobrio y alejado de los demás miembros de la familia. Debemos cuidar a nuestros niños”, añadió.
“Se está notando una disminución en los números, pero la idea es llegar a cero. Es difícil, casi imposible, pero sé que con la ayuda de todos lo vamos a lograr”, dijo.
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Por su parte, la doctora Lida Sosa, ministra sustituta de Salud, se dirigió directamente a los adultos: “Quiero hacer hoy un llamado principalmente como madre a todos los padres, tutores y cuidadores de niños y de menores, porque debemos entender que el uso de pirotecnia realmente causa lesiones graves y las secuelas pueden generar un cambio terrible en la vida de nuestros niños y adolescentes. En segundos o minutos, la vida de nuestros niños puede cambiar y no solo son lesiones físicas, sino psicológicas, porque repercuten en la autoestima de los niños, en sus capacidades auditivas, visuales, etc.”.
“La pirotecnia no son juguetes, son instrumentos peligrosos. No podemos considerar juegos a algo que le hace daño a nuestros niños”, apuntó.