El psiquiatra Barúa Caffarena habló del trabajo que lidera en una investigación, “Normalizar como supervivencia: discutiendo la normalidad psíquica y lo normopático desde un equipo bañadense de Atención Primaria de la Salud”.
El investigador apuntó que le interesa la salud mental comunitaria. “Es mi línea de investigación, investigamos qué es ser normal para un equipo de atención primaria y para los vecinos del Bañado Tacumbú”.
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El estudio preguntó: ¿y si discutimos qué es ser mentalmente normal? El tema es especialmente actual debido a las emociones que mueven las fiestas decembrinas.
“Creemos que necesitamos reflexionar como sociedad acerca de lo cuerdo, acerca de lo normal”, aseveró.
Normalidad mental en una reflexión
Y sin rodeos, el especialista dijo: “hablamos de salud mental, pero habitualmente reflexionamos poco sobre la locura”, opinó.
También expuso que la cordura funciona como un disciplinador social, una reglamentación conductual tácita, poco discutida. Puede haber varias formas de normalidad.
“Somos una sociedad cada vez más propensa a construir enemigos más precozmente, totales e irreversibles”, declaró y se preguntó: ¿cómo concebís al que es diferente a vos?”.
Esa forma intolerante de colocar al diferente es muy habitual. El tema es complejo, y hasta lo climático ofrece una relación junto a la voracidad de la sociedad depredadora que destruye el ecosistema.
Normalidad mental y el hiper calor
El hiper calor nos vuelve más irritables y menos reflexivos, el mayor acceso a las drogas.
El psiquiatra extendió la mirada a “la sociedad de Alfredo Stroessner; y la democracia que sobrevino en el 89, en ese contexto pasamos de una sociedad ultra represiva a una seudo democratica represiva”.
“Los modelos siguen vigentes, la lógica autoritaria: “yo se más que usted, ustedes no sirven, y por otro lado es fundamental un estado de derecho”, destacó.
Normalidad mental y los derechos
Sentenció, “los derechos que están en la Constitución no funcionan, lo que funciona es el privilegio para algunos grupos sociales”, detalló.
Entre los hallazgos de la investigación, mencionó que la normalidad para la gente del bañado es una forma de adaptación y supervivencia, para enfrentar lo que no pueden cambiar.
Ante la desigualdad social, “ser normal es aceptar lo que no se puede cambiar como forma de supervivencia como una forma de sabiduría popular”, culminó.