“Peregrinar es salir de la zona de confort”, dijo Mons. Ricardo Valenzuela sobre el significado de la bendición aérea de la Virgen de los Milagros de Caacupé, terminada la misa central esta mañana.
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Así, la Virgencita salió del santuario para bendecir a todos los fieles en un sobrevuelo realizado en un helicóptero de la Fuerza Aérea Paraguaya. Fue, según las explicaciones, en reciprocidad a quienes vinieron desde muy lejos a visitarla y a pagar sus promesas. “Ella también peregrina”, comentó una devota que seguía con mucha devoción a la figura religiosa.
La imagen de la Virgen llegó escoltada por los Bomberos Voluntarios del Paraguay y patrulleras de la Policía Nacional. La tradicional procesión aérea cobró fuerza durante la cuarentena por la pandemia del covid-19 el año pasado y el antepasado, cuando las restricciones impidieron que los devotos llegaran en masa a la explanada de la Basílica de Caacupé.
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La procesión estuvo encabezada por Valenzuela, quien -cuando la aeronave cobró altura- sostuvo a la Virgencita con una mano y con la otra agitaba un pañuelo blanco a modo de bendición a quienes desde abajo saludaban o se arrodillaban a pedir bendiciones.
Por otra parte, Valenzuela compartió con los jóvenes, a quienes alentó a seguir por el camino de la fe para salir adelante. También repartió bendiciones a las personas que se acercaron para pedir por la salud y el trabajo, principalmente.
La aeronave aterrizó minutos después de las 8:00 en la Ciclovía de Caacupé para esperar a la imagen para la “procesión aérea”.
En ese momento, niños, jóvenes y adultos se agolparon en la pista de aterrizaje para tomarse fotos con el helicóptero y con los pilotos.