“Las plagas en los cultivos son principalmente trasmisores de enfermedades, ya sean por patógenos virósicos o bacterianos. Cuando hablamos de insectos chupadores, las chinches se destacan ya que su hábito de alimentación a partir de la savia de las plantas y principalmente en cultivos extensivos, como la soja, pueden generar mermas importantes en la productividad, a causa de la disminución de sustancias que son utilizadas para llenar granos o frutos”, empezó explicando el ingeniero Gini.
Mantener baja población de insectos
“Se sugiere al productor siempre mantener baja la población de estos insectos desde los estadios, donde no causen un daño trascendetal, preferentemente los vegetativos en soja (V5 a V7), puesto que el estadio reproductivo con arranque de floración (R1-R2) es donde las chinches principalmente causan más daño con las primeras vainas formadas, que constituyen para las plantas órganos de dreno de fotoasimilados y al alimentarse las chinches de estos órganos causan un vaciamiento que es detectado por la planta, causando abortos innecesarios”, confirmó nuestro entrevistado.
Monitoreo e insectos que se esconden
Punto destacado por el ingeniero Gini fue el monitoreo y aplicación del producto. “El horario del monitoreo u observación de los cultivos cumple un papel fundamental; se recomienda realizarlo en las primeras horas de la mañana o en las últimas horas de la tarde, teniendo en cuenta que los insectos se protegen de las horas con mayor temperatura ambiental (entre las 09:00 y las 17:00). Teniendo en cuenta este detalle sobre los insectos, los horarios de aplicación deben acompañar esta tendencia para lograr el mayor impacto posible sobre el blanco, los insectos”.
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Productos de contacto o sistémicos
“Sobre la aplicación de productos de acuerdo al horario, el mecanismo de acción de los defensivos agrícolas también juegan un papel importante, ya que si se trabajan con productos de contacto, se debe ser más preciso aún en estos horarios (mañana temprano y tardecita), no así para los productos que poseen cierta residualidad o mecanismos sistémicos. Todos los productos son compatibles con fungicidas, por lo cual el productor puede realizar mezclas más seguras”, enfatizó el encargado de desarrollo de Timac.
Respuestas de bioestimulantes
“Si la población de chinches ha incrementado antes que el productor realizará las aplicaciones preventivas, se recomienda la combinación de mecanismos de acción (contacto, residual y sistémicos) así como también de aplicación de bioestimulantes para que la planta disminuya la situación de estrés oxidativo. Hemos tenido excelentes respuestas a nivel de campo con cultivos de soja atacados por chinches y que se han recuperado, y que corresponden a las gamas de fertiactyl, ksc y progen detox, que poseen dicha carga hormonal enfocadas a disminuir los efectos negativos del estrés”, finalizó.