Una breve visita a pobladores de los barrios periféricos de la capital del segundo departamento, sirvió para constatar que la extrema pobreza se acentúa; además, el temporal aumentó la crisis y la carencia en que las familias deambulan, para colmo no existe registro de la cantidad de familias que sobreviven en medios de precariedades y necesidades, por lo que es de suma relevancia el trabajo del Censo Nacional que se llevará a cabo esta semana. Lo peor es que tampoco existe un plan serio y formal para buscar mejorar la calidad de vida y evitar que sigan engrosando la franja de extrema pobreza.
Sin tierra para cultivo
Las familias que viven en las periferias no cuentan con espacio para cultivo ni para criar animales menores. La mayoría cuenta con una precaria pieza donde duermen todos los miembros del hogar, sin ventiladores. Algunos cuentan con galpones que sirve de cocina, comedor y sala, otras, directamente se refugian bajo árboles.
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Ante la falta de espacio para cultivos, y al no contar con oportunidades laborales, están literalmente condenados a la pobreza: En muchos casos lidian también con hijos enfermos, sin diagnóstico ni tratamiento médico. A pesar de todo, en cada hogar, se mantiene firme la lucha, la fe, la dignidad, la esperanza y el conformismo.
En la comunidad de Cañada, a 2 km del caso urbano de la ciudad, Mirian Maidana, vive con tres hijos. Una precaria pieza cobija a toda la familia. “Difícil es la situación, el temporal casi tumbó nuestro pequeño rancho. Tengo tres hijos, no trabajo. Dependemos de mi pareja que a veces trabaja. Mis hijos estudian, todos son menores, van a la escuela”, indicó y también nos relató lo que le impide trabajar y es la del amor de la madre que en medio de la precariedad y la necesidad tiene que cuidar a una hija especial, (con deficiencia física y sicológica). “No la puedo dejar sola, le brindo toda mi atención y no puedo trabajar”, deja en claro que no tiene posibilidad de llevar a su hija o costear algún tratamiento médico para saber la enfermedad y el tratamiento. Su deseo también es contar alguna vez con una buena casa.
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Trabajo 3 veces a la semana
En tanto, Félix Hermosilla, es el único sostén y esperanza del hogar para la sobrevivencia. “Trabajo en corpida, carpida, plomearía. Me suelen pagar 60 a 70 mil guaraníes por día; pero hay día que no trabajo”, apuntó y mencionó que máximo consigue ocupación 3 veces en la semana, pero lejos de quejarse el hombre agradece por la vida. “Gracias a Dios no nos falta para comer, pero no tenemos dinero para tener una mejor casa. Cuando llueve mucho no puedo trabajar, entonces algunos me dan fiado para comer y luego pago” dijo y expresa su impotencia al no poder darle tratamiento a su hija con problemas físicos y sicológicos. “Mi hija es especial. Le había llevado por 4 meses a Asunción, pero luego ya no pudimos más y no sabemos que tiene”, expresó. Situación similar se observa en varias familias, otras en peores situaciones. Son las batallas que enfrentan las madres solteras y sin trabajo.
En el vertedero trabajan varias familias, que mediante el reciclado buscan generar ingreso. Están sin ningún apoyo y exponen a sus hijos en medio de la basura todos los días. Dejan en claro que ni botas ni guantes reciben de las autoridades. Son conscientes que están abandonados y encarnan la lucha diaria con el apoyo y solidaridad entre compañeros y vecinos. Trabajan con el sueñan de darles mejores oportunidades a sus hijos.
Poco ingreso
Una de las trabajadoras no comenta que tiene dos hijos. Trabajo hace 7 años en reciclar basura y logra generar un ingreso estimativo de unos G 100 mil quincenal. Ni alcanza para la alimentación, ya que debe costear gastos de escuelas y colegios de sus hijos. “No hay trabajo. Si uno no tuvo la posibilidad de estudiar, ni para empleada doméstica te contratan”, dijo Ceferina Núñez, quién al igual que sus compañeras de trabajo sueña con mejores oportunidades.
El funcionario municipal encargado del vertedero, Félix González, tiene un suelo de G 1.600.000 mensual, pero lejos de quejarse por no cobrar cada mes su salario, agradece por lo que se le de para salvar la situación. “No me quejo, tengo todo, no me falta nada, estamos en la lucha, mboriahu peichante voi”, dijo.
El temporal
El último temporal dejó unas mil viviendas destruidas, además de cultivos y caminos, lo que empeora la crisis y cuesta reponerse. Desde la Secretaría de Emergencia Nacional se asistió con chapas y colchones, pero no reaccionan con ningún plan desde el Ministerio de Agricultura y Ministerio de Obras Públicas para reparar caminos, por lo que los afectados lidian con la necesidad de reconstruir sus casas y recomenzar los cultivos agrícolas. Los municipios se declaran rebasados y la Gobernación declara emergencia y comunica que no tiene recursos.
La educación se desarrolla en medio de miserables condiciones, lejos de cooperar para buscar salida a la pobreza, se constituye en aliado debido a las pésimas condiciones en que se imparte.
La realidad es infraestructuras en malas condiciones, niños dando clases bajo árboles, si hace frío deben hacer fogatas, mientras en las zonas rurales no cuentan con acceso a internet, ni bibliotecas, mucho menos muebles. Algunos docentes hacen patria día día para poder cumplir con lo mínimo en materia de educación.
Atendiendo todos estos factores, con una clase política corrupta, insensible y sin planes concretos de desarrollo, solo buscan imponer liderazgo en base cuoteo político, colocar como funcionarios públicos a sus operadores. Con la falta de registros, estadísticas y plan de gobierno el panorama no es nada alentador para combatir la pobreza extrema. Muchas familias no tienen el sustento diario y están lejos de tener alguna vivienda digna y están sin acceso a la salud pública, ni lo básico es garantizado por el gobierno.
El camino para abandonar la sufrida franja de pobreza extrema se debe transitar con proyecto sustentable en los ejes de salud, camino, educación y reforma agraria, pero no figura en la agenda apolítica, ni tenemos políticos capaces y menos interesados para ocuparse de la problemática y realidad en la que están sumidos compatriotas de esta parte del país.