El arzobispo de Asunción, cardenal Adalberto Martínez, presidió anoche en esta ciudad la misa en honor de Nuestra Señora del Pilar, en su día litúrgico.
El pastor, recientemente promovido como miembro del Colegio Cardenalicio, agradeció el recibimiento y la distinción de parte de la comunidad.
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En su homilía, luego de resaltar la misión de María en la historia de la salvación, Martínez recordó al “hijo de Pilar”, Carlos Miguel Giménez, autor de las letras de Mi Patria Soñada, que según indicó lo escribió porque es posible una nueva sociedad, más fraterna, más solidaria.
Explicó que Carlos Miguel Jiménez escribió que la patria soñada no debe tener hijos desgraciados ni amos insaciados que usurpan sus bienes. “El Paraguay de hoy tiene hijos desgraciados, porque, lamentablemente, existen amos insaciados que usurpan sus bienes”. Agregó que “la corrupción, pública y privada, no deja de dañar nuestra confianza y de malgastar los recursos destinados a mejorar las condiciones de vida de nuestro pueblo, en especial de los sectores vulnerables. Seguimos necesitando y reclamando el bien común de la salud, de la educación, del alimento, de la dignidad de toda vida, del trabajo y el ingreso justo, de la vivienda, de servicios públicos de calidad y de políticas firmes y sostenidas que afiancen la equidad y el desarrollo para todos”.
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Cardenal enfatizó que seguirán los “hijos desgraciados” mientras siga la corrupción
Según el cardenal, mientras exista impunidad, la corrupción seguirá usurpando los bienes del pueblo y el Paraguay tendrá “hijos desgraciados”. Aclaró que para que esto no suceda será fundamental la correcta y necesaria independencia y actuación del Ministerio Público y del Poder Judicial, instituciones en las cuales hay muchos bautizados que deben revisar si su conducta es coherente con su fe en Cristo.
Al resaltar la labor del laicado, Martínez dijo que la patria soñada, el nuevo Paraguay, necesita de laicos comprometidos con Cristo y su Iglesia, que, desde su conversión personal a Dios, trabaje por instaurar los valores del Reino de Dios en nuestra sociedad. “Es necesaria esa conversión para que la sociedad paraguaya –con mayoría católica por sustrato cultural, profundamente devoto de la Virgen María– supere la inequidad social estructural”, apuntó.
En otro momento clamó por el urgente el protagonismo de los laicos para que la evangelización sea eficaz, desde un modelo de Iglesia en salida, misionera, que no teme mezclarse con el mundo para que, desde los valores del Reino, contribuya a transformar las situaciones de pecado que oprimen a nuestro pueblo: la corrupción, la inequidad, la violencia silenciosa de la pobreza que excluye y descarta a los más débiles, niños y ancianos, indígenas y campesinos, jóvenes sin oportunidades ni horizonte para sus vidas, familias desestructuradas, agresión al medio ambiente, entre otros males que padecemos en el Paraguay.
Otros actos
Por otra parte, ayer a la mañana, el intendente municipal de Pilar, Fernando Ramírez, el presidente de la Junta Municipal Marcos Benítez, el gobernador de Ñeembucú Luis Federico Benítez Cuevas y el presidente de la Junta Departamental, Jorge Ríos, rindieron un homenaje frente al busto del fundador Pedro Mello de Portugal y Villena, depositando una ofrenda de corona de laureles. El momento emotivo fue acompañado con la retreta a cargo del suboficial de la policía nacional Richard Aquino.
Del acto también participaron la delegación de autoridades argentinas que llegaron de distintas provincias del vecino país. En tanto, la academia de danzas Pilar Jeroky, realizó un desfile por las calles de Pilar en homenaje a la fecha de fundación de la ciudad.