Luis Espínola, supervisor del MOPC del futuro túnel y rotonda que se construye en la zona de la avenida Américo Picco, la ruta PY01 (ex Acceso Sur) y la calle Avelino Martínez, conocida como cruce de Tres Bocas, informó que el encarecimiento de la obra se autorizó para poder “avanzar la obra lo más rápido posible”.
Esta construcción se adjudicó a la empresa Tecnoedil, representada por Paul Sarubbi, por G. 121.165 millones, pero el precio ya se infló a G. 144.462 millones, es decir, G. 23.295 millones más (19,7% de aumento). El incremento se autorizó a través de las adendas 1, 2 y 6.
El principal encarecimiento, por G. 13.582 millones, se produjo con la adenda 6, y según Espínola, fue introducida al proyecto en base a los rediseños y nuevos proyectos realizados para la red de alcantarillado sanitario, electricidad y distribución de agua potable, que fue producto de las necesidades de cada prestadora de servicios.
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Alegan que hicieron obras de Ande, Essap y Copaco
“Las prestadoras de servicios Ande, Essap y Copaco tenían proyectos, modificaciones o ejecuciones en zona de obras. Tenían previstos sus trabajos en tiempos diferentes a los de la obra y en algunos casos (no tenían) ni tiempo de ejecución. Por ello, en Tres Bocas se tuvieron que realizar ajustes inmediatos, de manera a avanzar lo más rápido posible, teniendo en cuenta la magnitud de esta obra y los trabajos que tenían previstos los entes del Estado”, expresó.
Sin embargo, el propio MOPC había informado en su momento que la Ande y Essap se encargaron de realizar las tareas que corresponden a los servicios públicos, por lo que no se explica qué ítems concretamente ejecutó la contratista del túnel de Tres Bocas.
Cuando se le consultó al respecto, Espínola señaló: “Ande y Essap actuaron como supervisores y entes reguladores; es decir, se trabajó en conjunto con sus proyectos aprobados, bajo sus reglamentaciones y supervisiones. No se realizaban los trabajos sin el acompañamiento correspondiente de sus representantes, y posterior aprobación de los trabajos terminados”, indicó.
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También por desvíos y plan de comunicación
Respecto al encarecimiento de casi G. 10.000 millones que fueron autorizados a través de las adendas 1 y 2, indicó que la primera fue por el plan de desvío “que fue pensado para descontracturar el tráfico sobre la avenida y dar opciones de desvío al transeúnte”. Respecto a la segunda, señaló que “fue prácticamente una consecuencia de la primera adenda, ya que el contrato no previó un plan de comunicación, que fue crítica para cualquier obra urbana”.
El ingeniero señaló que el avance ejecutado del contrato es del 82% y que el plazo de ejecución va hasta diciembre de este año. Pero los frentistas no creen que se pueda cumplir nuevamente con este plazo.
En total, la obra ya tiene seis adendas, en las que aparte del millonario sobreprecio también se concedieron prórrogas a la empresa Tecnoedil.
En teoría, la obra debe finalizar en menos de cuatro meses, pero como están las cosas, difícilmente llegarán a esa meta, ya que aún queda mucho por hacer. Es lo que se pudo verificar en un recorrido que hizo este diario por la zona de los trabajos. Los frentistas señalan que no creen que la empresa complete los trabajos en diciembre y lamentaron la difícil situación de los comercios de la zona, que en su mayoría ya quebraron.