“Para qué esperar las elecciones para responder a las necesidades”, proclama el padre Trento

“Manos a la obra”, proclama el padre Aldo Trento dirigiéndose a los políticos que se encuentran en plena campaña electoral. “Vamos a responder ya a las necesidades que hay. Para qué esperar que lleguen las elecciones...”, expresa el creador de la Fundación San Rafael. El religioso italiano, que se vuelve a mostrar en público después de un año de luchar con varios males de salud, proclama parafraseando al papa Francisco: “nunca vi un camión de mudanza detrás de un carro fúnebre”.

Padre Aldo Trento
audima

- Mucho tiempo estuvo fuera, ausente. ¿Fue una enfermedad?

- En algún momento hasta anunciaron mi fallecimiento. Estuve solo tres semanas en Italia. Volví. Me hice exámenes. Me tomó una artrosis cervical que me impide desarrollar la actividad de antes. Estuve como un año fuera de toda actividad pero me reconforta el hecho de encontrar a la fundación San Rafael muy organizada con un equipo de gente profesional que lleva adelante toda esta obra de ayuda a los pobres. Antes yo manejaba todo, ahora ya está todo organizado. También tuve Covid...

- ¿Tuvo Covid?

- Sí, antes de la vacuna. Me agarró muy fuerte, justo cuando estuvo saturado todo el sistema público y privado. Gracias a Dios tenemos nosotros tanque de oxigeno en la clínica. Estuve como 40 días postrado, 20 días bastante mal. Me salvó la Virgen de la Asunción, la Virgen de Caacupé...

- ¿Por qué la silla de ruedas?

- Uso desde hace un año más o menos. Después del Covid tuve una cirugía cardíaca. Me colocaron un stent. Ya tengo un marcapasos. Posiblemente sea también una complicación del Covid. Me tomó espondilitis anquilosante. Es como una artrosis a nivel de la columna...

- ¿Es permanente la silla?

- Estoy caminando. Hago 60 metros cuatro veces por día con el andador. Estoy avanzando semana a semana.

- ¿Qué hizo todo este tiempo que no apareció en público?

- Me pasé mirando la tele, los partidos de Italia, los de Paraguay, la Fórmula 1. Soy un fan de Ferrari (sonríe).

-¿De qué cuadro?

- Soy del Inter en Italia, de Cerro en Paraguay.

Una fundación que asiste a alrededor de 600 personas

- ¿Cómo está hoy la fundación?

- Cuando me restablecí y me reintegré vi mucha más gente en la Clínica, en la escuela, en el colegio, en la parroquia. Hoy tenemos una población de casi 600 personas que vienen aquí a vivir, a sostenerse con la fundación. Hace un mes inauguramos el comedor para los pobres. Cada semana, una fila inmensa de gente viene a comer de todos lados. Atendemos a los niños de la Chacarita. Ellos vienen a la escuela o al colegio. Comen a la mañana como al mediodía. Aparte están los pacientes, muchos en estado terminal. Vienen a pedir socorro. A mí me da satisfacción ver el alivio que tienen. Veo en ellos florecer el amor de Cristo y que esta fundación cumple una misión para apaciguar las grandes necesidades que padece la gente pobre...

- Sin liderazgo carismático debe ser difícil construir una fundación privada tan grande...

- En todo caso Dios se sirvió de mí para poder atraer tantas personas pobres y convencer a los que tienen más para ayudarlos y que esto siga creciendo...

- Siempre tienen como centro la atención de los enfermos terminales...

- Tenemos 48 personas en cuidados paliativos, con una complejidad importante. Tenemos 3 hogares de ancianos, 77 en total. Damos de comer a 350 adultos mayores de la periferia. Vienen a retirar sus víveres cada martes. Ese día comen con nosotros y llevan los víveres a la casa. Tenemos la escuela, con 150 alumnos que está destinada a los niños de los bañados. Vienen, hacen el desayuno, el almuerzo y después, 40 de ellos se van a su casa con un transporte de la fundación. El colegio secundario politécnico tiene 90 alumnos. El 80% viene de los bañados, de la Chacarita. Ellos salen como técnicos en Salud o en Hotelería y Turismo. Tienen salida laboral inmediata. Algunos ya quedan a trabajar en el lugar donde hicieron pasantía...

- ¿Seleccionan a los que van a venir a la fundación?

- Lo que se hace primero es convencer a los padres diciendoles que se va a capacitar a sus hijos para su promoción. A los padres generalmente no les importa el estudio. Les interesa la mano de obra inmediata que puedan generar sus hijos. En 3 años pueden tener su recompensa porque los jóvenes se reciben con una tecnicatura.

- ¿Desde cuándo opera la fundación?

- Desde comienzos de 1999. Abrazamos a casi 60 mil personas desde entonces. Casi toda la obra está alrededor de la parroquia. Tenemos 14 hectáreas en Itá donde se internan enfermos de VIH (Sida). Llegan a San Rafael como enfermos terminales pero como tienen juventud se recuperan. En Itá está también nuestro cementerio. Tenemos 132 tumbas de personas que murieron en San Rafael y que no le tenían a ningún familiar cerca.

- ¿Cuántos terminales tienen? ¿Cada cuánto muere alguien?

- Actualmente tenemos 48 enfermos terminales. Hoy (por el viernes) acaba de fallecer uno. Ayer fue otro. Siempre entra uno y sale (muere) otro.

- ¿Qué tipo de males padecen? ¿Nadie los quiere recibir?

- No. Los hospitales les dan de alta, en el sentido de que se los libera para ir a esperar la muerte. Es la cultura del descarte, como dice el papa Francisco. El hospital les dice que ya no pueden hacer más nada y que ya están ocupando camas que pueden servir para otras personas con más probabilidades de salvarse. Se les manda a la casa. Muchos ni siquiera tienen una casa. Son los pacientes que vienen acá con cáncer avanzado o VIH avanzado también. Ellos son la mayoría.

- ¿Cómo empezó la obra?

- Hacía 10 años que ya estaba en en este bendito país. Este setiembre cumplo 33. Dios me inspiró para poner la primera piedra. Despacio fuimos construyendo. Es tanta la presión de los que no tienen nada que uno busca la forma de ayudarlos en sus necesidades. Esto empezó un Domingo de Ramos en el 99. Salimos en procesión por la parroquia. Había llovido mucho antes. Vi un pobre hombre tirado entre el raudal y la vereda. Era Hipólito de Pilar. Le dije al sacerdote que me acompañaba a seguir con la procesión y yo me quedé con él y lo llevé a mi casa. Así comenzó todo. Era un vagabundo que cayó en el raudal y fue a parar cerca de la parroquia. Me acuerdo que ni hablaba. Solo podía decir: “padrecito, padrecito” a modo de agradecimiento.

El rol del gobierno frente a la pobreza

- ¿Esta fundación es el reflejo de la pobreza que golpea a nuestro país? ¿Es el país que nadie quiere ver? ¿Qué hace el Gobierno con su presupuesto de salud?

- Yo no quiero tirar todo el peso del problema de la pobreza al Gobierno. Yo necesito presupuesto para mantener la clínica y las escuelas. Yo prefiero preguntar a cada uno: “¿Qué puedo hacer yo para aliviar el problema de los pobres? ¿Cuánto puedo aportar yo? ¿Cuánto puedo aportar si me sobra un poquito de plata? ¿Le abro la puerta y le atiendo, o le ignoro, o digo que no tengo tiempo?

Esta fundación tiene por misión auxiliar a cualquier persona necesitada que encuentre en su camino.

Padre Aldo Trento

- Pero si el Gobierno no da abasto y esta fundación cada vez crece mas, quiere decir que debe haber muchisimas necesidades en este país...

- Existe un inmenso océano de necesidad y sufrimiento. También hay un grave problema educativo. Usted ve qué sucia está Asunción. Es una verguenza. Es cierto. Hay una responsabilidad política pero también yo, ciudadano, soy responsable porque tiro la basura en el suelo en vez de llevarlo a la casa.

Un hogar para niños con discapacidad

- ¿Cuáles son los planes que tiene de aquí en adelante?

- Estamos queriendo abrir un hogar para niños con discapacidad. Tenemos varios niños ya. Nos falta la sostenibilidad. No es fácil. Tenemos 50 carpetas de estos niños que nos envía el Poder Judicial. No hay una institución que les pueda dar respuesta. Nos sentimos impotentes de recibir y de tener que responder que no podemos, sabiendo que no hay otro lugar. Entonces, la idea es abrir un hogar para niños con discapacidad, por lo menos en forma transitoria. Ayer recibimos una niña que tenía más años que kilos, por ejemplo. Tiene 14 años y la recibimos con 13 kilos.

- ¿De dónde proviene, del interior?

- No. Es de la capital, de barrio Obrero. Tenemos un montón de ese tipo de pedidos. El hogar ya está equipado al 100%. Solo falta mano de obra y enfermeras.

- ¿Para cuántos niños?

- Para 20 con discapacidad, hasta 18 años. Cerraron el Hogar Juan Pablo II para niños con VIH y los chicos vinieron aquí.

- ¿Hay todavía muchos enfermos con Sida?

- Hay bastante. Hay niños que nacen con VIH que recibimos. Hay adolescentes. El otro día vino uno de 18 con VIH. Es una patología que va en aumento. Es lo que más recibimos. Lo que nunca va a acabar es la necesidad de los aportes de la gente sensible. Nosotros somos un nexo entre la gente más necesitada y la gente que tiene algo que dar.

- ¿La gente colabora? ¿Hay que acicatearle?

- Un kilo de azúcar a nosotros nos sirve, o una bolsa de pañal... Hay personas que ayudan mucho pero nosotros no descansamos en golpear puertas todos los días...

- ¿Cuánto cuesta mantener mensualmente esta fundación?

- Cerca de 500 millones mensuales. Después del aumento de salario mínimo tenemos 11% más en salario. No dudamos que el personal se merece pero es un monto muy grande para nosotros. No somos una empresa que genera ganancias. Tenemos que hacer más actividades para alcanzar nuestros objetivos.

- ¿Hay muchas obras como esta en el país?

- Obras que abarquen al mismo tiempo educación, sostenibilidad, salud debe haber muy pocas. Hay las que abarcan salud, asistencia o educación pero que abarque en forma global hay pocas. Nosotros tenemos relaciones con las otras organizaciones. Nos ayudamos. Hacemos intercambio de necesidades, de pacientes...

Los políticos y las elecciones

- Estamos en tiempo de elecciones. Usted recibe mucho a los políticos. Algunos seguramente vienen para mostrarse...

- Nuestra misión como obra de caridad es despertar la sensibilidad de la gente, y si tiene algo que dar, que done una partecita de lo que tiene. En tiempo de campaña electoral, las acusaciones que vienen y van, las discusiones filosóficas son una pérdida de tiempo cuando hay urgencias que satisfacer...

- ¿Qué hacer entonces si en las elecciones se juega el futuro?

- Yo digo: “manos a la obra”. Vamos a responder ya a las necesidades que hay. Para qué esperar que lleguen las elecciones. Mire lo que hace la Iglesia. ¿Porqué tanta gente pobre acude a ella? Para aliviar sus necesidades. Cuando los pobres me ven, me hacen fiesta. Saben que tratamos de hacer lo posible para atenderlos. Algunos de los que nos aportan también están contentos porque saben que sus donaciones están bien encaminadas. A nadie todavía vimos irse con su riqueza al cementerio. El papa Francisco dijo: “nunca vi un camión de mudanza detrás de un carro fúnebre”. Todos terminamos en un ataúd sin nada, así como vemos casi cada día en nuestra clínica. Yo recomendaría en todo caso a los políticos a venir a San Rafael a ver la miseria antes de emprender sus proyectos electorales. Acá van a encontrar mucha gente descartada de la sociedad. Pueden venir los martes y miércoles a ver a todos esos pobres que forman fila para comer. Tiene que haber más seriedad y honestidad con la propia fe de los que se postulan...

- ¿Cómo tomó este nombramiento como cardenal de monseñor Adalberto Martínez?

- Me puso muy contento porque es una persona buena, que ama a los pobres. Es un hombre muy humilde..

Lo
más leído
del día