No es Soros; es misoginia

Podemos o no estar de acuerdo con que la Albirroja FEM haya llegado a la medida extrema de “faltarle el respeto” a un símbolo patrio para protestar. Pero lo que resulta inconcebible es la violencia verbal de género, la misoginia y el machismo disfrazado de moralina patriótica para denigrar a quienes buscan llamar la atención sobre un problema que afecta a muchas mujeres en nuestro país y en el mundo: la brecha salarial.

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Lo que hicieron las chicas de la Albirroja FEM, al cruzarse de brazos en “equis” durante la entonación del himno en la previa de un partido internacional, fue una medida pacífica.

Un grito silencioso que se padece en casi todos los estamentos laborales en los que las mujeres ganan hasta un 20% menos de lo que gana un hombre en ese mismo puesto. No lo digo yo, lo dicen estudios internacionales y a nivel local, el INE da cuenta de que la brecha salarial en promedio es de casi G. 500 mil. La misma se va ampliando a medida que se va escalando en puestos.

Las mujeres tienen gran capacidad de trabajo, pero por alguna razón esa capacidad no es considerada a la hora de asignación de salarios. Para el colega Enrique Vargas Peña, protestar pacíficamente por una reinvindicación laboral (aunque se “ofenda” a un símbolo patrio) es un libreto para “quedar bien con George Soros”.

Probablemente muchas de las Albirrojas ni tengan idea de quién ese señor (un multimillonario filántropo norteamericano nacido en Hungría, de ideología liberal). La Albirroja FEM solo quiso poner el foco sobre un tema que molesta a los machistas y misóginos que están cómodos aplastando y denigrando a la mujer, reduciendo sus derechos a la mínima expresión.

Así es que tratar a las mujeres que protestan de “perras de mierda”, “viejas lloronas chotas” y “llornas de mierda” en la emisión de un programa radial es “normal”, es “libertad de expresión” según EVP. En realidad es violencia verbal machista, misoginia y discriminación. Es repetir patrones de conducta violenta utilizando un medio de comunicación.

Tratar a las personas con desprecio, degradándolas y utilizando la condición de tercera edad como insulto es de personas irracionales y poco empáticas que están lejos de comprender que hay un mundo allá afuera en el que hay gente que tiene hambre que sufre injusticias, que batalla por sobrevivir y que la mayoría son mujeres (madres, hijas, suegras...) para las que no hay ni unión ni igualdad.

Y si protestan por ello solo encuentran opresores que se “ofenden” porque ellas no se aggiornan a la estructura machista opresora. Eso lo sabe cualquier “ignorante”, incluyendo a los verdaderos periodistas.

mescurra@abc.com.py

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