¿Por qué algunos hijos matan a sus padres? Para el Dr. Charles Rodas, psiquiatra y psicoterapeuta psicoanalítico, la situación no es tan simplista a la hora de buscar motivos para un matricidio o parricidio.
“L os seres humanos tenemos una doble condición, una instintiva que es biológica, que viene determinada por el código genético. Este código es abierto, responde a los estímulos ambientales”, reflexionó el Dr. Charles Rodas.
“El otro código es cultural, nos forma como personas, nos dice lo que tenemos que hacer y hacia donde debemos caminar”, explicó.
Dos códigos dentro de una misma persona, el código biológico que rige al cuerpo y el código cultural que relaciona a la persona y el espacio. En una cultura concibe su experiencia, según argumentó el profesional.
Hemos transitado por más de dos años de pandemia, aunque en ningún modo puede ser excusa, muchas personas experimentaron alteraciones en su salud mental, que ya estaba antes abandonada a su suerte desde el Estado.
Lea más: Papás presentes, compañeros y guías
Inexplicables conductas humanas
Hijos que matan a los padres parece antinatural, imposible de suceder. Y para desvelar los intrincados caminos de las conductas humanas el psiquiatra expuso que “lo que nos inculcaron es una cosa, los padres tienen dos o tres funciones: dar apoyo material, educativo, establecer límites a través de una relación afectiva, dar una guía de vida, orientar, y contener la agresión”.
“Si los padres cumplen mínimamente estas funciones ese hijo tendrá con ellos una relación adecuada. Pero hoy la función parental esta alterada por el mundo del trabajo y el mundo virtual”, subrayó.
Los padres le dedican más tiempo a sus riñas personales, conflictos parentales o se concentran en las redes sociales. “La función parental no es la que nos enseñaron en nuestra moral cristiana o cualquiera sea la religión. Se degrada y ahí surge la violencia. Es un problema social, alguien puede estar más trastornado que otro y ser el eje de la violencia”, resumió.
¿Cómo son esos vínculos?
“Hay que mirar el vínculo entre padres e hijos”, opinó. La cuestión tiene que ver con la dependencia física, material, de cosmovisión de vida, y la separación. Hay miembros de familias a los que les cuesta separarse”, insistió el profesional.
Otro cuestionamiento que indica Rodas es “la degradación por el trato humillante de parte de padres o de los hijos. Antes los padres castigaban a los hijos, ahora los hijos castigan y degradan a los padres porque se ha perdido la función de la patria potestad”, remarcó el psiquiátra.
Añadió que el Estado tiene más fuerza dentro de la familia porque los padres también están ausentes.
El ambiente donde vive
La condición de bondad y maldad están en nuestra naturaleza humana como potencial de conductas bondadosas o conductas agresivas y hostiles.
¿Cuál se va a desarrollar? “Va a depender de tu ambiente humano o social. Y hay que analizar y entender cómo se dieron los vínculos entre padres e hijos”, sentenció.
Lea más: Presunto matricidio: fiscal descarta infarto como causa de muerte
Un país devastado
Sin rodeos el especialista refirió que “tenemos que hablar a los gobernantes porque tenemos un país en devastación. Los grupos mafiosos ocupan el territorio y lo dividen”.
Mientras los ciudadanos reclaman sus derechos la insatisfacción se hace evidente. “Cuando se descompone el ser social ya no es formado con reglas morales, cuando se pierde el sentido común, cuando las leyes no defienden al común, todo está descompuesto”, indicó Rodas.
¿Qué nos queda por hacer como familia?
“Tenemos que empezar por la familia, recuperar nuestra función parental de patria potestad con normas de respeto, y límites. Es un trabajo que no le podemos pedir al Estado”, aceptó Rodas.
“Yo como abuelo vuelvo a imponer normas porque la familia se fragmenta, la familia ha perdido la cohesión, el cariño y sin estos atributos las casas se transforman en hoteles, las personas conviven sin hablarse, sin saber la vida del otro”, declaró.
Intentar conectarse con su hijo
En busca de una esperanza en un ambiente sumamente oscuro el experto señaló, “jamás es tarde para volver a intentar conectarse con el hijo, nunca es tarde, siempre que uno abra su corazón toda conexión será buena”.
A los padres nos cuesta mucho comprender que somos guías que orientan en esta selva urbana. Dependiendo de la edad del vástago la comunicación será abierta, genuina. Los adolescentes necesitan escuchar y ser escuchados.
“Si les decimos yo a esta edad tenía este problema..., cuando ellos sienten que abrís tu corazón ellos cambian de conducta”, prosiguió
Finalmente el psiquiatra citó al escritor ruso Dostoievski, quien dijo que “el hombre no vive solo por condición biológica, vive por un sentido del vivir, y si no lo encuentra prefiere irse, o matar a otro”.